A juicio del doctor Ernesto Medina Sandino, la migración forzada de nicaragüenses en busca de mejores condiciones de vida para sus familias, está dejando huellas en la educación de la niñez y jóvenes del país.

En primer plano, la desintegración de las familias por la migración forzada, tiene un mayor impacto psicológico en los menores, que los vuelve vulnerables en el proceso de aprendizaje ante la carencia del vínculo sentimental con sus padres.

La estabilidad emocional de las familias en Nicaragua se ve amenazada también cuando uno de los suyos es secuestrado en el tránsito irregular hacia Estados Unidos”, comentó.

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Para Ernesto Medina, el mayor problema es cuando estas familias junto a sus hijos arriban a otros países de forma irregular. “Las oportunidades de educación en los diferentes niveles son difíciles por la condición de inmigrantes y eso violenta el derecho de las personas a la educación”, dijo.

El exrector de la Universidad Americana (UAM) y la UNAN León, considera que las huellas que la migración forzada está dejando en la educación nicaragüense se están volviendo problemas crónicos impulsados por la profunda crisis política y de derechos humanos que vive Nicaragua.

Dr. Ernesto Medina Sandino