Después del estallido social en el año 2018, Ivania Alvarez ha vivido dos facetas de la represión gubernamental en Nicaragua. El encarcelamiento y el exilio. Sobre el primero describe “cuando uno está preso quien más sufre es la familia” y del segundo “en cambio cuando es el exilio, toca directo”.
Álvarez es psicóloga y docente universitaria. El 13 de julio del año pasado tomó una de las mayores decisiones. Dejar el país para salvaguardar su vida.
La decisión la tomó a contrarreloj para que su familia no sufriera como cuando fue encarcelada por llevar agua y medicinas a familiares de presos políticos que realizaban una huelga de hambre en la parroquia San Miguel Arcángel de Masaya
En el episodio de la Entrevista Dominical conocemos de Ivania Alvarez; su historia política, migración, exilio y la situación política de la Unidad Nacional Azul y Blanco, organización donde vimos emerger su liderazgo.
¿Cómo describes a la Ivania Álvarez antes del estallido social de 2018?
Yo he estado en oposición al régimen de Ortega desde hace más de 10 años, pertenecí a algunos grupos juveniles de oposición, pero antes del 2018 ya estábamos trabajando, mi familia es de emprendedores, también soy maestra, así es que estaba por allí interactuando con los chavalos de las universidades, también aportando a la economía del país en diferentes formas.
¿Cómo ha tenido que transformarse Ivania Álvarez para adaptarse al exilio?
Bueno, es una de las cosas más difíciles que he pasado, también estuve detenida, y yo creo que las experiencias son únicas, son personales y yo creo que no quisiera comparar el dolor de una cosa, pero creo que cuando uno está preso quien más sufre es la familia, en cambio cuando es el exilio, te toca directo, personal y una de las cosas más difíciles que he enfrentado, volver a empezar de cero, sin amigos, sin familia, sin casa, sin dirección, sin hogar, yo creo que esa realidad que se vive, de estar en un lugar donde no quieres, porque no es que me vine porque quería estar fuera de Nicaragua, al contrario quisiera regresar.
Escucha la entrevista completa:
Las tragedias de migrantes nicaragüenses ocupan las portadas de medios de comunicación nacional e internacional ¿Tu opinión sobre el exilio masivo de connacionales?
Nicaragua ha vivido desde el 2018 a la fecha, varias oleadas de migración y la última ha sido la más dolorosa, porque no solo va a acompañada de la represión política, sino de la presión económica, de la escasez económica, de la escasez de trabajo que hay en Nicaragua, los mayores lugares o países que los nicaragüenses buscamos es España, Costa Rica y Estados Unidos, lamentablemente el paso a Estados Unidos que conlleva pasar Centroamérica y México que es uno de los países más peligroso para los migrantes, ha quebrantado o ha puesto en escena la difícil situación de migración que vive Nicaragua, no solamente por lo que vemos en las noticias que es, las desapariciones, secuestros por los carteles, por grupos armados que piden recompensa para dejarte pasar por el territorio, muertes, estamos viendo por ejemplo en este momento la crecida del rio Bravo, donde miles de migrantes se arriesgan a pasar, entre ellos muchísimos nicaragüenses, también hay otra crisis en la frontera sur de México, como es Tapachula, donde hay miles de nicaragüenses presos, miles de nicaragüenses que esperan documentación en México para poder avanzar, solo queda al descubierto la crisis económica, de salud, de educación que vive Nicaragua, ¿por qué la gente migra? por la persecución, pero sobre todo por la falta de esperanza.
A la par de la migración masiva, Nicaragua vive un fenómeno creciente de femicidios ¿Cuál es tu análisis?
Es doloroso, no solo este año, el año pasado también a inicios del año, las primeras noticias del 2021 fueron de femicidios, este año otra vez las primeras noticias son de femicidios atroces contra las mujeres, esta es una situación que vive el país junto al resto de la región sobre el alto crecimiento de violencia hacia las mujeres, se hablaba de una crisis que se iba a desencadenar luego de los temas de la pandemia, con el confinamiento, se incrementó la pobreza y eso siempre repercute con violencia en contra de las mujeres, somos de los pocos países en el mundo que tienen prohibido cualquier tipo de prohibición de embarazos, que tiene alta tasa de embarazos de adolescentes que tiene la más alta tasa de violencia contra las mujeres en la región, esto alerta a los grupos defensores de mujeres, pero también debe alertar a la sociedad en general, las crisis que hemos vivido, siempre repercuten en el alto índice de violencia en contra de las mujeres, ¿por qué? Porque estamos en desventaja, porque estamos cargando más cosas de las que podemos, porque estamos a cargo de las familias, porque sufrimos el abandono, la separación por la migración. Todo eso va a repercutir en la violencia hacia las mujeres, urgen en Nicaragua una política que contra reste este fenómeno.
Tu liderazgo lo vimos sobresalir en la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco. Esa organización de forma reciente eligió a comité ejecutivo lo que generó la salida de otras organizaciones ¿Qué opinas de ello?
Yo creo que es parte de lo que hemos vivido, es el resultado de lo que hemos vivido como oposición, como ciudadano, el ataque del régimen hacia las oposiciones que estaban queriendo liderar la oposición, pero también no debemos dejar de mencionar que es parte de la cultura política, la pelea de espacios de forma poco ética, la pelea de espacios de forma amañada, ese pleito interno de no ponernos de acuerdo en objetivos comunes, creo que nos está pasando factura estos cuatro años, donde ha implosionado casi todos los espacios, tanto juveniles, de adultos, de partidos políticos, yo creo que de acá solo nos queda la lección aprendida por crear mejores mecanismos de participación, por crear espacios más seguros para mujeres, espacios políticos, yo no pertenezco ya a la Unidad Nacional, desde el año pasado me retiré, porque creo también que hay que ser consecuente, hay que dejar los espacios, hay que deslindarse de los espacios en donde uno ya no tiene representación, hay que ceder.
Al final de la entrevista dominical, Ivania Álvarez consideró que la juventud debe tener mayor participación en la política, igual las mujeres deben tener mayor espacio, para que ejerzan ese liderazgo, para que se fortalezcan y en Nicaragua se voltee la página negra, donde un político, está de 30 a 40 años en un cargo, en un partido, en un espacio.