El beisbolista retirado y joya del deporte nicaragüense, Dennis Martínez, agradece a Dios porque la dictadura de Daniel Ortega decidió quitarle su nombre al nuevo Estadio Nacional, el cual fue utilizado en 2018 para reprimir a manifestantes opositores.
“Yo simplemente agradezco a Dios por todas sus bondades en mi vida y así como le di las “Gracias a Dios” cuando ese hermoso estadio llevaba mi nombre, le digo “Gracias a Dios” otra vez por haberlo removido”, detalló Martínez en un artículo de opinión publicado este lunes en el diario La Prensa.
Según el exjugador de grandes ligas, cuando empezaron a circular las noticias de que el estadio que llevaba su nombre había funcionado como cuartel de policías y paramilitares, se sintió golpeado emocionalmente.
“Tras las investigaciones de la CIDH donde confirmaron el uso de francotiradores ubicados en el coloso, me hundió aún más”, escribió Martínez.
Según Martínez, el Estadio Nacional “representaba la unidad, la diversión, el olvido de nuestras desgracias porque somos un país beisbolero que en medio de momentos difíciles la pelota nos reencontraba, sin embargo, ahora desde ahí habían salidos las balas de la muerte. Las madres de los fallecidos miraban el estadio con repudio y se convirtió en sinónimo de división: unos llamándome “vendepatria” y otros defendiéndome y que debían quitarle mi nombre para no seguirlo ensuciando”.
Martínez también se refirió a la etapa de su vida cuando tuvo problemas con el alcohol y como “Dios, la virgen y mi esposa” lo ayudaron a salir de eso. “Lo que tengo claro es lo que no quiero ser y es una persona que le dio la espalda a sus compatriotas cuando más lo necesitaban”, agregó.
Agradeció a Ortega en 2017
El Estadio Nacional fue inaugurado en 2017 y según Martínez, cuando recibió la noticia de que el Estadio llevaría también dio gracias a Dios, e incluso le escribió una carta a Daniel Ortega agradeciéndole por la decisión.
“Días previos a la inauguración me temblaban las piernas por el gran significado, pero lo que ocurriría en la segunda inauguración, la cual fue más genuina porque no fue partidaria, sino con la gente que le gusta el deporte, me sobrepasó”, indicó Martínez en su escrito.
Martínez mencionó que lo mejor de que el estadio llevara su nombre era que todos los nicaragüenses estaban de acuerdo con ello a pesar de las diferencias políticas e ideológicas. “El deporte conseguía unir a una sociedad que se estaba fragmentando por malos manejos en los círculos de poder”, señaló.
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Cuando estalló la crisis política en 2018, Martínez dijo que estaba ayudando en las gestiones para llevar un partido de grandes ligas a Nicaragua. “Las conversaciones estaban adelantadas con MLB hasta que el país erupcionó, cansado por tantos abusos. Los ciudadanos pedían a gritos un nuevo camino debido a que ese destino en el cual estaban no tenía otra salida que el retroceso. En 2018 entendí que el deporte había quedado en un segundo plano. Nunca me importaron las consecuencias sobre mi postura a favor del pueblo nicaragüense, porque mi manera de pensar, mis valores y dignidad nunca han estado a la venta”, señaló en el artículo.