Este próximo siete de diciembre, el pueblo católico de Nicaragua festeja la magna y tradicional gritería en honor a la Inmaculada Concepción de María.

Sin embargo, tres ferviente dijeron desde el anonimato que la dictadura de los Ortega- Murillo, no va a ejecutar otra nueva prohibición en la conmemoración  de la Purísima.

Añadieron que el régimen lo que va a pretender es “apropiarse” de la conmemoración para hacer una “gritería a su medida” y proyectar al posible  sucesor de la dinastía, Laureano Ortega- Murillo.

Señalaron los devotos vinculados a la Iglesia Católica que a la fecha el régimen no ha anunciado una nueva prohibición de la regia reminiscencia, los días siete y ocho de diciembre.

El año pasado 2022, decenas de familias rompieron el miedo y salieron a gritar a la “conchita”, en diferentes ciudades, en medio de los ataques a sacerdotes, obispos y  laicos. Aunque los clérigos fueron vigilados por fanáticos del orteguismo.

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Dictadura quiere “apropiarse” de la gritería, aseguran devotos 4
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Dictadura quiere “apropiarse” de la gritería, aseguran devotos 5

A la vez dos opositores que pidieron omitiéramos su identidad dijeron que Rosario Murillo, “va aprovechar la ocasión y el silencio  y complacencia de los obispos  nicaragüenses  para manosear a su gusto y antojo la conmemoracion”.

Régimen usará la gritería para proyectar a Laureano Ortega Murillo

“Vamos a ver a Laureano Ortega junto a sus padres, los  dictadores,  Daniel Ortega y Rosario Murillo, repartiendo golosinas en los altares de la Virgen que construye el régimen en Managua.

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Dictadura quiere “apropiarse” de la gritería, aseguran devotos 6

Determinaron que los autócratas utilizará esta tradición propia del pueblo católico como lo es gritería para sus fines políticos e ideológicos

Iglesia Católica nicaragüense está dividida, sostienen expertos

Pese a las agresiones frontales de la dictadura contra la Iglesia Católica  y la ferocidad contra  sus miembros, como el obispo Rolando Álvarez, otros capellanes siguen siendo fieles incondicionales y protectores del régimen.

La Iglesia de Nicaragua está  partida. Sus  voces más críticas,  como los obispos Rolando Álvarez, lo tienen en cautiverio los tiranos, mientras  monseñor Silvio Báez  y el padre   Edwin Román están  confinado.

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A la par están los “sensatos” que, siguiendo el ejemplo del arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, prefieren callar. Elección que, en medio de la radicalización del régimen contra la Iglesia, ha sido adoptada por sacerdotes, laicos y religiosos.

Pero la  reclusión y condena del obispo Álvarez  no ha provocado el rechazo unánime de la Iglesia nicaragüense.