Por Jeanneth Rodríguez

Gustavo Adolfo Rugama Escoto de 32 años de edad, se convirtió en otra víctima mortal de la represión gubernamental, asegura su familia. Los golpes ocasionados tras una persecución de la policía de León el 2 de enero produjo su muerte este 28 de febrero, luego de permanecer en cuidados intensivos.

 

El 2 de enero Gustavo huía de la policía por haber participado en las marchas anti gobierno y se ocasionó un golpe en la cabeza, el operativo policial era dirigido por Fidel Domínguez, jefe de la policía de León.

 

“Todo ocurrió el pasado 2 de enero”, describe su tío paterno Freddy Rugama, reconocido artesano y profesor de la ciudad universitaria. “ese día vinieron paramilitares a mi cuadra para asediarme, entraron a mi casa amenazando a mis trabajadores en el taller de artesanía. Hoy murió mi sobrino y Fidel es el culpable de que él haya fallecido, a nosotros nos agarraron, agredieron y a causa de un golpe que recibió mi sobrino cuando iba huyendo, le vino esa lesión dándole tres derrames y ese es otro muerto más de la dictadura Ortega-Murillo”, lamenta el artesano.

 

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Uno de los jóvenes que trataba de escapar junto a Gustavo el día del operativo policial, recuerda la persecución que ejecutaba Fidel Domínguez.  “La policía llegó amedrentando a todos los “chavalos” que se encontraban en las aceras de sus casas, apuntando con las armas que andaban. Nosotros tuvimos que darnos a la fuga, porque ellos entraron como cualquier delincuente, destruyendo todo lo encontraban a su paso, y para evitar ser capturados nos tiramos en un barranco y Gustavo se golpeó la cabeza en la primera caída, en la segunda se golpeó el pecho y en ese momento comenzó a echar sangre por la nariz y por la boca; Esto no me lo contaron yo lo vi y lo viví”, afirma el joven a quien omitimos su nombre por seguridad.

 

Por el impacto del golpe Gustavo Rugama fue ingresado al hospital, quien permaneció por más de 20 días en cuidados intensivos y rindiéndose a la muerte este 28 de febrero, luego de tres derrames.

 

“Ellos son culpables de todo lo que nos está pasando. Esta desgracia familiar es por la persecución del déspota de Domínguez”, asegura el artesano, quien no ha descansado del asedio por parte de la policía de León ya que la agresión más reciente se registró el pasado 25 de febrero, donde el jefe departamental de la policía regresó a su casa y la emprendió contra sus trabajadores y les amenazó que si laboraban para Freddy iban a pagar las consecuencias. Ese mismo día el artesano recibió una amenaza de muerte. “yo mismo te voy a matar, aquí no vas a estar tranquilo, te voy a sacar los sesos “hijodeputa”, dijo que me iba hacer la vida de “cuadrito” y ya ven hoy muere mi sobrino por su culpa” expresa con lágrimas en sus ojos Rugama, quien no niega que junto a su familia participaron en marchas azul y blanco, alegando que no es ningún delito.

 

Miguel Ángel Rugama, hermano de Freddy, también recuerda la persecución del pasado 2 de enero; “vinieron tres camionetas repletas de agentes policiales y antimotines, nosotros estábamos en la casa de mi sobrino Gustavo, y él al ver a la policía salió corriendo, Fidel ordenó que lo siguieran, y en su desesperación para no ser capturado se cayó y pegó la cabeza en una piedra y de ahí le vino todo esto hasta acabar con su vida, el culpable tiene un nombre y es Fidel Domínguez”, afirma Miguel Ángel.

 

La familia Rugama ha sido víctima de la represión y asedió que Fidel Domínguez, el actual jefe de la policía de León ejecuta a diario en la ciudad universitaria desde que el régimen Ortega-Murillo decidió mandarlo a liderar la represión en la ciudad en el pasado mes de agosto (2018) con la intención de devolverle la “paz” a León.

 

Fidel es considerado por sus víctimas como el peor jefe policial a nivel nacional de toda esa institución: el más desmedido en términos de violencia, déspota, represivo y agresor; quien ha golpeado físicamente con sus puños a periodistas, activistas, estudiantes, catedráticos y demás pobladores que se denominan manifestantes azul y blanco.