“Soy la mamá de Génesis. Mi hija está desaparecida desde el 20 de mayo, ayúdenme a encontrarla”, se lee en un post de Facebook. Otro dice: “Joven Ashy Rivas, camisa blanca, falda azul, vista por última vez en el distrito 3 de Managua”. “Tu familia te extraña. Desaparecido, Jorge Téllez”, es parte de las denuncias que familiares de adolescentes desaparecidos han difundido en esta red social, con la esperanza de que alguien brinde información sobre su paradero y puedan encontrarlos.

Algunos pobladores de Managua, consultados por Darío Medio Internacional y que se mantienen bajo el anonimato, expresaron su preocupación, pues casi todos los días en las redes sociales se puede ver el reporte de al menos una persona desaparecida en algún lugar de Nicaragua y se desconoce si logran ser encontradas.

“Yo tengo una hija y esto me provoca temor, pues no puedo estar todo el día con ella. Un día vi en Facebook que una señora estaba desaparecida, después, otro día, una niña, y así van. A estos delincuentes no les importan las edades”, manifestó una ciudadana.

Por su parte, la abogada y feminista Fátima Amaya dijo a este medio que existen dos elementos fundamentales en esta situación: uno es la corrupción, que no sabemos hasta dónde ha llegado con las mafias, y el otro es la explotación sexual infantil en Nicaragua. También esto tiene que ver con la inseguridad ciudadana, de la cual ni los niños, niñas y adolescentes se escapan.

La activista y feminista María Teresa Blandón comentó que a través de los medios independientes y redes sociales, que difunden y denuncian la desaparición de menores, es que se refleja el incremento de estos casos, pues no se tiene información oficial sobre estos sucesos.

“El incremento de niñas, niños y adolescentes desaparecidos que se reportan en Nicaragua lo conocemos a través de algunos medios independientes y las redes sociales, porque la policía no está reportando estos hechos y el Estado no da información fidedigna sobre estos temas”, expresó Blandón.

Autoridades no le dan importancia a estos casos

Las primeras horas de una persona desaparecida son importantes y se tiene que actuar con rapidez, pero según la ley, tienen que pasar 24 horas para reportarla como desaparecida. En ese tiempo, muchas cosas pueden pasar, incluso sacar del país a alguien, señaló Amaya.

“La policía no va a hacer caso en lo más mínimo si no han pasado 24 horas. Para sacar a un menor del país bastan cinco horas. Lo primero que te dicen es: ‘¿Cuánto tiempo tiene desaparecida? ¿Está segura de que no anda con algún novio? ¿Usted no sabe si tiene novio?’ A veces hasta se ríen de los familiares cuando llegan a reportar a las adolescentes, porque en las delegaciones policiales asumen que la chavala se fue con algún novio. Al final te dicen que no se puede reportar como desaparecida porque no ha pasado el tiempo necesario, entonces la población está de manos atadas”, aseveró Fátima.

La policía se relaja en casos de desaparición

La activista Blandón afirmó que muchos de estos casos también tienen que ver con la corrupción existente en la Policía y el Ejército. Mientras en redes sociales se reportan más de un caso de desaparición, la Policía el año pasado solo reportó tres desapariciones en todo el 2023.

“Es increíble que en todo el año pasado la policía reportó solo tres casos. Esta policía no tiene ninguna credibilidad. Estos sucesos han incrementado porque las autoridades se han relajado en los controles de migración y puestos fronterizos terrestres, lo que ha favorecido las redes de tráfico de niñas para la explotación. Ellos pueden moverse a sus anchas y también ha crecido la corrupción. Hay mayor corrupción en las fuerzas policiales y también en el ejército que cuida las fronteras. Es posible que oficiales de la policía y del ejército reciban sobornos para que los tratantes de menores pasen sin ningún problema. Hay un problema múltiple”, puntualizó la activista feminista.

Las dos especialistas coinciden en que la inseguridad de los ciudadanos y el abandono estatal son los principales factores para que se incrementen las desapariciones en Nicaragua.