Este primer domingo de octubre conversamos con Yonarqui Martínez, la primera abogada de presos políticos tras la crisis de 2018. Ha llevado más de 250 casos y a través de ellos conoció los 30 tipos de tortura que practican en las cárceles de Nicaragua. El 29 de septiembre día del abogado, fue una fecha de la que no tuvo nada que celebrar. Sobre el paquetazo de leyes de Daniel Ortega piensa el mismo pueblo hará que no tengan validez. De los jueces confiesa “saben que están haciendo mal” porque son “indolentes” condenando a reos políticos, por lo que concluye “les falta una maestría en derechos humanos”.
El 29 de septiembre se conmemoró el día del abogado ¿qué reflexión le dejó?
Soy de las abogadas que reflexiono todo el tiempo para saber de qué lado estamos. Los abogados no tenemos nada que celebrar. Mi reflexión es, ¿de qué lado estas?, si del lado del pueblo y la justicia, o, al lado del régimen y las violaciones a derechos humanos.
¿Se opacó el día del abogado con el “paquetazo de leyes” enviadas a la Asamblea Nacional por el gobierno de Daniel Ortega?
Era algo de esperarse. Para mí el compendio de leyes es una transformación de la represión para darle legalización a lo que actualmente hacen y dejar evidencia que todo es legal y que ellos (el gobierno) actúa conforme a derecho. Son leyes inconstitucionales y violatorias de derechos humanos, pero el hecho que haya leyes no significa que van a callar a un pueblo que exige libertad y justicia. En este contexto el mismo pueblo hará que las leyes no tengan validez.
¿Le hace sentir desanimada?
Desanimada no. Dentro de sí lo que me da es coraje. Entre más injusticia miro me da más coraje para seguir. He aprendido mucho en el camino y es el dominio propio, soy muy efusiva pero he controlado mi carácter porque hasta nosotros (los abogados) estamos en peligro de que seamos procesados por eso he buscado mecanismos de reclamos diplomáticos.
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¿Cómo controlar el carácter si su contraparte obedece a un partido político?
Es indignante, no te digo que no, pero mi profesionalismo está encaminado en la defensa de los derechos humanos. Si vos te volves emocionalista no pensas como profesional, ni la mente te conducirá a la razón jurídica. He aprendido mucho de todo esto, el régimen me ha dotado de paciencia (se rie). Tenes que aprender a tener paciencia, a ser observador, leer, actuar y razonar sin emocionalismo.
¿Se ha sentido cansada por defender a presos políticos?
Tengo un defecto de fábrica (se rie), se llama terquedad cuanto inicio algo no lo dejo hasta que lo termino. Si hay cansancio humano como es normal, pero cansarme de pedir justicia y defender presos políticos, no.
¿Defendiendo derechos humanos debe tener experiencias que indignan?
Se han condenado a decenas de personas que son inocentes. Cuando vos miras que tenes la razón y el juez no te da el aval te indignas. Una vez un fiscal impidió que un tesigo que ellos llevaron declarara, porque el testigo iba a decir la verdad, no lo que ellos querían. Era un testigo de la fiscalía y trataron de manipularlo y dijo no, voy a decir la verdad. Hablé con el juez y sabes que hizo, giró orden de captura y le levantó causa contra el testigo solo porque no era manipulable y la están procesando porque supuestamente cambió el testimonio.
Los casos de presos políticos que ha llevado ¿le ha atrapado alguno emocionalmente?
Separo de la emoción humana mi indignación a mi trabajo, porque como profesional no debo dejar que lo que pase en otro ser humano me afecte, aún así sea una injusticia necesito mi mente clara. Pero sí, lo que más me marcó fue a un joven de la marcha “Somos un Volcán”, Lenin Rojas, cuando le arrancararon sus uñas con tenazas y me tocó verlo en sala ensangrantado escondiendo sus manos para no verlo.
Supongo ha visto muchos más casos
Tambien miré a Edman Mora de la Isla de Ometepe, le daba vergüenza mirarme, tenía la boca inflamada, su cara inflamada, sus costados inflamados, fue víctima de una fuerte golpiza cuando lo capturaron y tenia dos dientes desprendidos a punta de patadas y golpes, yo le decía ¿cual es tu nombre? y se le salíó una lagrima y me dice “doctora me duele mi boca”, tenía dos dientes menos y partido de toda su boca.
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Su experiencia con jueces que ejecutan órdenes políticas ¿alguna le ha sorprendido?
Me sorprendí de una juez que se inhibió conocer de la causa porque ella adujo que era mi amiga. Como ser humano dije ¿como una persona que está dentro del poder judicial dice no puedo conocer de esta causa? Era el proceso de los hermanos Lesage de Jinotepe. Muchos de ellos (los jueces) saben que están haciendo mal, apagan los audios y te dicen, “yo sé que tenes la razón pero es una orden”. Tengo soporte hasta en una acta que la jueza escribió; “tiene los argumentos jurídicos y la razón en cuanto a lo que pide, pero por razones administrativas no le doy lugar”.
¿Los peores jueces con los que ha tenido que lidiar?
Son inquisidores Adela Cardoza y Edgar Altamirano. Hay jueces que son indolentes, tienen más empatía por su trabajo que por lo que pueda pasarle al preso y eso es falta de valores. Esto no es de experiencia, los jueces pueden ser gente letrada con experiencia, con maestrías, pero hay algo, a los jueces les falta una maestría en derechos humanos.
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Más sobre Yonarqui Martínez.
Yonarqui Martínez, es una abogada penalista, con especialidad en derecho de familia, derecho bancario y trabajó como asesora en entidades financieras de Nicaragua. Desde 2018 es defensora por los derechos humanos, se convirtió en la primera abogada de presos políticos de Daniel Ortega y hasta la fecha ha defendido más de 250 casos.