Dentro de pocos días se cumplen 4 años de la crisis sociopolítica que persiste en Nicaragua desde el 2018.
La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, ha arengado por tres días consecutivos en contra de los opositores y de los jerarcas de la Iglesia Católica a días que se cumplan cuatro años del comienzo de la peor crisis política de la que se tenga recuerdo en el país centroamericano en los últimos 30 años.
En sus discursos que suele dar al mediodía en la televisora oficial, la también vocera del gobierno amenazó con cárcel y consecuencias “duras” para quienes según ella “atenten contra la paz” al intentar gestar una pizca de protestas contra el mandato que dirige junto a su esposo, Daniel Ortega.
“Estamos en abril y abril está hecho para vivir tranquilos… , ni perdón ni olvido para los criminales, ni perdón ni olvido para los terroristas, para los sanguinarios, para los promotores del horror, de la zozobra, para quienes rompieron la paz tan preciada en un pueblo que ha sufrido tanto”, ha advertido la vicepresidenta nicaragüense, sancionada por Estados Unidos por presuntas violaciones a los derechos humanos.