Donald Trump reiteró el fin de semana su compromiso de repatriar a sus países de origen a hasta tres millones de indocumentados que han tenido problemas con la ley. En este grupo entran los 34,525 cubanos que tienen una orden de deportación por haber cometido delitos en Estados Unidos, además de otros miles que están en procesos judiciales. La cifra es incluso conservadora, en opinión de Wilfredo Allen, abogado y especialista en temas migratorios. “En el sur de Florida hay muchos cubanos. Cada día escuchamos sobre nuevos casos de personas condenadas y que tienen orden de deportación.

En realidad, nadie sabe cuántos son porque las deportaciones no se aplican al no existir convenios con Cuba, pero son muchos más de 35,000”, explica. La inmensa mayoría de los cubanos con orden de deportación está a la espera de que exista un convenio migratorio entre ambos países para ser devueltos a su país de origen, algo que ni siquiera la administración del presidente Barack Obama logró. Cuba es, junto a China, Irán, Irak, Libia y Somalia, uno de los países considerados como “recalcitrantes “por el Departamento de Seguridad Nacional a la hora de rechazar el regreso de sus ciudadanos deportados.

El propio presidente electo recordó en un mitin de campaña , el pasado septiembre, que hasta 23 países se niegan a aceptar el regreso de sus ciudadanos al ser expulsados por Estados Unidos. “Eso no va a pasar conmigo”, advirtió el entonces candidato sin explicar cómo forzar la medida. La Ley de Inmigración y Nacionalidad prevé que el Departamento de Estado anule la concesión de visados de inmigrantes y turistas a esos países, pero en la práctica eso sólo ha sucedido en una ocasión, según York Times.

Allen considera plausible que éste sea el mecanismo que Trump emplee como medida de presión. “Al final, quien terminará perjudicado será el gobierno cubano. Si mantiene su posición de no aceptar a los deportados, podría crearse un conflicto con la administración actual. En caso de que los acepten se trata de miles de personas que necesitan reintegrarse en esa sociedad, lo cual conlleva un esfuerzo considerable en recursos y tendría consecuencias en la política interna”, explica. Si la administración Trump optase por recurrir a esta medida, miles de personas se verían afectadas.

Solo en el 2014, un total de 54,286 cubanos recibieron visado de turista para visitar Estados Unidos, eso sin contar las 20,000 visas que, según los acuerdos migratorios, otorga la embajada norteamericana en La Habana.