Rodrigo Rizo, economista matagalpino, asegura que esta práctica de endeudarse con ‘semaneros’ o ‘linieros’, es la opción de la gente que no tiene acceso a créditos de fuentes formales.

Es más que común que en un barrio las personas tengan una deuda con algún ‘semanero’ al que le hayan tomado algún producto, que de contado difícilmente habrían podido adquirir y, quienes más se “enjaranan” con ellos son las amas de casa.

3. Semaneros 1
“Semaneros” opción ante falta de créditos 2

“A mis clientas les ofrezco de todo, unas me quedan mal, otras no tengo problemas, el arreglo de los que trabajamos así es que semanal pasamos por cuotas pequeñas hasta saldar la deuda, por eso nos llaman semaneros”, manifiesta Joel Hurrutia, quien se dedica a este oficio de ‘semanero’ desde hace años.

“Se les conoce como linieros también, se originan en Ciudad Darío y Sébaco. Para los dueños de la mercancía, es un negocio muy rentable, ellos prestan a un interés exorbitante por el alto riesgo a que no los paguen, hay casos que el precio llega al 300%, ejemplo lo compran a 100 y lo venden a 400, la gente no lo siente porque es en abonos semanales”, explica.

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Rizo argumenta que los clientes de linieros se ven en la obligación de adquirir un producto que tiene el doble de su valor real, ya que en el hogar es necesario, una cocina, una licuadora, unas sillas entre otros equipos.

“Hay un riesgo, tanto para el deudor como al vendedor, pero es una práctica que cubre una necesidad, sin embargo, no es recomendable endeudarse con varios ‘semaneros’ a la vez”, aconsejó el economista matagalpino.

Así como se le ve por las calles, estos comerciantes informales son comunes en todas las ciudades del país y son miles las familias que ‘resuelven’ con esta alternativa de compra.