Redacción Central
Bismarck Lebrón, es un joven periodista que tenía más de cinco años de laborar en Radio Mi Voz de la ciudad de León, medio independiente crítico al gobierno Ortega-Murillo.
En entrevista a este medio, el joven periodista asegura que su deseo no era irse del país. “yo no quería dejar Nicaragua, estaba dispuesto a resistir hasta las últimas consecuencias; desde la crisis de abril se intensificaron las amenazas en mi contra por parte de fanáticos del gobierno”, sostuvo Lebrón.
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Asimismo, el periodista exiliado, destacó que desde febrero de 2018, antes del estallido social, era sujeto de amenazas y odio por personas afines al “gobierno” por haber publicado en su cuenta de Facebook un caso de corrupción de la alcaldía del municipio de Telica.
Según Bismark, las artimañas de este sistema (gobierno) son peligrosas, ya que para circular una orden de captura primero buscan inventarte un delito: “en las redes me estaban diciendo que era un pedófilo, sacaron a lo público en Facebook, una supuesta conversación de WhatsApp en la cual yo incitaba a una niña 16 años a que tuviera sexo conmigo”.
Para el 18 de abril (2018) ese miércoles donde se detonó la crisis sociopolítica, Lebrón fue víctima de agresiones físicas por parte de turbas de la Juventud Sandinista (JS) quienes también lo despojaron de su teléfono celular, cuando hacía una transmisión en vivo de la marcha de ancianos que protestaban contra las reformas del Instituto Nicaragüense de Seguro Social (INSS).
“En León, los periodistas somos más vulnerables ya que nos tienen más controlados” argumenta Lebrón.
Desde que se intensificó la cuarta fase de represión estatal, los periodistas de León han sido golpeados, amenazados de muerte, encarcelados por horas y a la vez siete noticieros críticos al régimen fueron censurados ante el frecuente asedio de la Policía de esa ciudad. Y los periodistas independientes que aún están en León, ejercen su trabajo de forma clandestina.
Bismarck Lebrón, hoy se suma a la lista de más de 60 periodistas del país que han tenido que abandonar Nicaragua, prefiriendo el exilio forzado, antes que la cárcel o muerte.