Hace unos 30 años, la llegada de Semana Santa en Nicaragua, significaba para esta población, como un acto de piedad popular y estar al lado del sufrimiento que padeció Jesús de Nazaret, durante su pasión y muerte, y se tomaba muy a pie de la letra, que involucraba las tradiciones de los tiempos de Cuaresma.

Los abuelos contaban que en esos tiempos los niños no andaban en las calles dando carreras, no se encendían los fuegos de la cocina, no se consumía ningún tipo de carne, las vacaciones iniciaban desde el Lunes Santo, mucho menos salían a pasear, todo se confinaba a los actos litúrgicos de las parroquias.

“Desde el tiempo de la colonia española, la gente vino asimilando la Semana Santa. El conocer sobre el acto de la crucifixión de Jesús, en la comunidad indígenas de Nicaragua no sólo causó un asombro, sino un gran respeto y veneración hacia el hijo de Dios. Entonces se articula a partir del siglo XVII una conmemoración de los eventos relacionados a la Semana Santa con un sentido totalmente sagrado”, explicó un teólogo nicaragüense bajo el anonimato.

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¿Cómo era la Semana Santa hace décadas en Nicaragua? 3

Nadie corría y procesiones eran solemnes

Y es que en aquellos tiempos, los días de la Semana Mayor, la familia se reunía y participaba de todos los actos piadosos, sobre todo los días especiales como es el Triduo Pascual que lo componen Jueves, Viernes Santos y Sábado de Gloria, bajo un régimen de respeto donde la gente no andaba en carreras, y en el aspecto culinario solo se comía almíbar, pinol blanco alfeñiques, como alimentos energizantes y aguantar los días santos sin comer carne.

Las procesiones eran muy solemnes y con mucho apego a lo que está narrado en el Evangelio, nadie iba soltando carcajadas o haciendo bromas en los recorridos o dentro de las iglesias mientras se vivía esta temporada, ni se vestían con colores chillantes.

“Durante el tiempo de la colonia española, muchos indígenas no sabían leer, ni escribir y a veces no entendía el latín con que hablaban en aquella épocas los sacerdotes, entonces se comenzaron a realizar lo que le llaman autos sacramentales, que son una especie de actos callejeros para una mejor interpretación de lo que Jesús vivió en sus últimos días”, subrayó el consultado.

Uno de estos actos que se resisten a morir es lo de la procesión del encuentro donde una niña escenifica a un ángel que anuncia le resurrección de Jesús, otro escena es el llamado “Jesús de la burrita” donde el animalito recorre las calles, la procesión del silencio y del santo entierro.

Nuevamente la dictadura de los Ortega-Murillo, se dio cuenta que no puede alquilar las creencias religiosas del pueblo de Nicaragua. Miles de reverentes abarrotaron este domingo de Ramos, los templos, para rememorar la entrada triunfal de Jesús del Triunfo.
Algunas tradiciones de Semana Santa se resistir a morir

Dictadura sandinista aniquila siglos de tradición

“Pero muchas de estas tradiciones se han perdido precisamente en parte por intolerancia de la dictadura sandinista, puesto que están aniquilando siglos de costumbres y tradiciones nicaragüenses, bajo una histeria enferma, porque no podes alegar razones de seguridad para matar una celebración de 400 años”, externó.

De igual forma alegó que la secularización ha venido diluyendo este respeto por la Semana Santa, porque hoy la gente vive a tono del siglo o de la modernidad, “y no se le ha tomado la importancia sagrada que merece la Cuaresma, otro aspecto es la influencia de los movimientos evangélicos, sumado a que algunos sacerdotes no se involucran directamente con la labor de mantener vivas las tradiciones, quizás porque son curas nuevos”, añadió.