Los sacerdotes de la Iglesia Católica Carlos Zeledón y Jorge Leonel Mairena Sánchez decidieron exiliarse debido a amenazas y por temor a las represalias de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Zeledón es párroco en el municipio de San Dionisio, y Mairena Sánchez es párroco de la iglesia Nuestra Señora de Lourdes de La Dalia, ambos municipios de Matagalpa.
El abogado y exfuncionario del Poder Judicial en Matagalpa, Yader Morazán, confirmó la información a través de sus redes sociales. “Aparte del padre Carlos Zeledón, párroco del municipio de San Dionisio, Matagalpa, ante las amenazas también se exilió el padre Jorge Leonel Mairena Sánchez, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Lourdes de La Dalia-Matagalpa”, detalló Morazán.
La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha desatado una persecución sin precedentes en contra de sacerdotes de la Iglesia Católica en todo el país. Hasta el momento, más de 10 religiosos permanecen detenidos en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), mejor conocida como El Nuevo Chipote.
La persecución ha llegado hasta los más altos cargos de la Iglesia Católica y mantiene al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, en arresto domiciliario y acusado de supuestamente cometer los delitos de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional” y “propagación de noticias falsas”.
Sacerdotes desterrados
El exilio de los sacerdotes Zeledón y Mairena Sánchez se da a conocer después de que la dictadura negara la entrada al país a monseñor Rodrigo Urbina, párroco de la iglesia San Juan Bautista, de Sutiaba, León.
Monseñor Urbina se encontraba de viaje en Miami, Estados Unidos, y cuando se dispuso a abordar el avión que lo traería de regreso a Nicaragua, fue notificado que no se había permitido su ingreso al país y por tanto no pudo abordar.
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El pasado 27 de septiembre de 2022, al sacerdote Guillermo Blandón, párroco de la iglesia Santa Lucía en Boaco, tampoco se le permitió que regresara a Nicaragua después de un viaje que hizo a Miami. De igual manera sucedió con el sacerdote Deyvis López Jarquín, párroco de la iglesia San Gregorio Magno, de Diriamba, el 17 de octubre