Rosario Murillo se ha ganado a pulso muchos seudónimos, pero los calificativos que más se acercan a su personalidad serían: extravagante, esotérica, incansable, bruja y chamuca, siendo así la vicepresidente de Nicaragua un personaje omnipresente en el régimen que ella administra junto a su esposo, Daniel Ortega, con mano de hierro y tentáculos enormes que alcanzan a quienes alzan la voz contra ellos.

Antes de 2018, ambos caudillos gozaban de buena simpatía en un porcentaje de la población nicaragüense, pero en abril de ese año todo cambió, y para mal.

En abril de 2018, las protestas que exigían el fin del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, esta última estuvo a cargo de tomar la decisión que definiría el inicio del fin. “Vamos con todo”, fue la orden que dio a sus subordinados, provocando una represión que dejó centenares de muertos, decenas de presos políticos y miles de exiliados.

En esos días de abril, Ortega estaba oculto, como un murciélago. Algunas fuentes especularon que se hallaba en Cuba, en tratamiento médico, pero lo cierto es que fue su esposa quien determinó a lo que más tarde ellos mismos llamarían un intento de golpe de Estado.

Entérate más: HABERLE DICHO A ROSARIO MURILLO CON PALABRAS SUTILES “SOS UN CERO A LA IZQUIERDA”, LE SALIÓ CARO A HUMBERTO ORTEGA

Murillo salía dando la cara en los canales que en Nicaragua controlan sus hijos con el fin de arremeter contra los manifestantes: “¡Minúsculos!”, les decía, entre otros adjetivos como vandálicos, plagas, delincuentes, vampiros, terroristas, golpistas y diabólicos. “¡No pasarán! Los diabólicos no podrán nunca gobernar Nicaragua”, afirmaba ella tensa, sumida en el rencor.

De esa forma, hastiada por lo que veía como una sublevación, Rosario Murillo dejó claro que no estaría dispuesta a que le arrebataran el poder por la fuerza, mismo poder por el que se había enfrentado a personajes de calibre del sandinismo, a las que apartó, persiguió a los intelectuales, hasta poder transformarse en la mano derecha de Ortega. Incluso, Ortega la llamó “la “eternamente leal” cuando la declaró su vicepresidenta. Desde aquí, todo se vería más borroso para la democracia del país.

Rosario siempre aparece a la par de Ortega, como una sombra perpetua. Ella administra el día a día del régimen, controla a su gusto y antojo los ministerios, alcaldías, la agenda de la Asamblea Nacional.

La esotérica figura de Murillo se alza como la temida jefa del gabinete de su dictadura, y ningún funcionario se atreve a ir contra su voluntad y quienes lo han hecho han sido descabezado de sus cargos, siempre bajo una forma humillante.

Es común oír y ver cada mediodía a Murillo. Es su oportunidad para aparecer en la televisión oficialista y dictar la agenda del Ejecutivo. Cada día tiene un nuevo parlamento, habla sobre obras en construcción, participación de funcionarios en eventos internacionales, firmas de acuerdos con organismos multilaterales, da la bienvenida a nuevos embajadores, y presenta campañas de fumigación o celebraciones oficiales.

Murillo, -conocida también por opositores como la nueva Jezabel, la reina inicua de la biblia- ha desarrollado un discurso particular, en el que sus creencias esotéricas, que es seguidora de Si Baba, se fusionan con la mística cristiana y revolucionaria. “Gracias a Dios”, “Dios mediante”, “primero Dios”, y siempre se encomienda en un país tan religioso donde la Iglesia católica predomina y que a la vez ha sufrido ataques directos de Murillo, quien en muchas ocasiones se ha declarado creyente de la Virgen, -hasta ha dicho que es evangélica- pero prohíbe las procesiones y otras muestras de piedad católicas porque cree que el pueblo se levantará en contra de ellos nuevamente.

“Es una manipulación que se hace de la religión para humillar y dominar al pueblo”, expresó Silvio Báez, obispo nicaragüense que se halla en el exilio y critica con dureza al régimen Ortega-Murillo.

“Al mando de una secta familiar”

Al respecto, el politólogo Manuel Orozco explicó que ella- Rosario Murillo- decidió sustituir la estructura política del FSLN a cambio de una secta seguidora del clan familiar. 

Para Orozco, esa sustitución está compuesta de cambios de mando, cambios de retórica o lenguaje político (no se habla de la trayectoria histórica revolucionaria, sino del comandante Ortega), de cambios en la orientación de lealtad jerárquica y en sustituir la disciplina de partido por el clientelismo.

Por ende, de acuerdo con el experto, el resultado es un partido parásito, sin capacidad de autonomía, liderazgo, y sometido al chantaje político del miedo, “o estás con ella o estás contra ella”, afirmó Orozco.

En un artículo que lleva por nombre “La radicalizaciación talibanista en Nicaragua y la presión internacional”, escrito por Orozco, se señala que la dictadura familiar Ortega-Murillo en un tipo totalitarista con rasgos de tipo Talibanesco en Nicaragua.

“En particular, esta crisis política de Nicaragua está dibujada por este tipo de gobierno y la fuerza que posee en la etapa en que se encuentra. La cruda realidad es que el futuro de Nicaragua depende de las consecuencias que surjan del fracaso de este modelo (porque es un modelo fallido), y del grado de la destrucción causada por esta dinastía.  Es responsabilidad de la comunidad internacional apoyar a los nicaragüenses a mitigar esas consecuencias desastrosas”, enfatiza el artículo.

En el mismo sentido, el artículo destaca que el régimen que se está instaurando, se diseñó antes de liberar a los presos políticos y se introduce de lleno en el 2023, es de naturaleza totalizante con rasgos talibanescos. “Es una dictadura familiar totalizante que trata de penetrar un culto al líder y su imagen caudillista como salvador. Después de haber criminalizado la democracia, el régimen construye su nuevo modelo este año”, resalta.

“Origen de Rosario Murillo”

Rosario Murillo Zambrana nació en Managua el 22 de junio de 1951. Es hija de Zoilamérica Zambrana Sandino; se especula que familiar cercano de Augusto Sandino y Teódulo Murillo, un hombre conservador originario de Chontales

Rosario tuvo tres hermanas. Cuando era adolescente, fue enviada por sus padres, quienes eran acomodados productores de algodón, a estudiar a Suiza.

Quienes la conocen aseguran que, al irse a estudiar a Suiza, se formó en estudios básicos de etiqueta, de modales burgueses, para preparar a las jovencitas para el matrimonio. Pero ella simpatizó desde joven con los guerrilleros que combatían la dictadura de Somoza. Además, estuvo presa, leía versos y consignas revolucionarias con poetas en gradas de iglesias y universidades. Escribía, escondía a guerrilleros en su casa de Managua.

En el terremoto que destruyó Managua en 1972, perdió un hijo, un hecho que, según fuentes que la conocieron en ese momento, la traumó, por lo que tuvo que ser tratada psicológicamente. Las mismas personas alegan que Murillo nunca superó aquella pérdida.

WhatsApp Image 2024 05 27 at 09.39.05
Rosario Murillo, la mujer esotérica que hundió al Frente Sandinista 5

Es sabido que Murillo había visitado a Daniel Ortega en la prisión, donde él estuvo durante siete años por orden de Anastasio Somoza, su relación sentimental no comenzó hasta que se reencontraron en el exilio en Costa Rica. Fue de esa manera como sellaron un pacto, afirman fuentes que conocieron a la pareja en aquellos años. Se hicieron inseparables y con el triunfo de la revolución sandinista, en 1979, su Ortega se convirtió en poderoso comandante.

No obstante, ella aprovechó su nuevo papel como compañera de un poderoso integrante del Gobierno, nombrado más tarde presidente, para manejar el mundo cultural de la Nicaragua revolucionaria.

En ese entonces, Murillo se convirtió en directora de la Asociación Sandinista de Trabajadores de la Cultura, una poderosa organización que congregaba a poetas, pintores, escritores y actores del país. Para muchos ella era autoritaria y despótica. Sentía rencor hacía algunas figuras del sandinismo, como el poeta Ernesto Cardenal y otros escritores, porque pensaba que no le daban el lugar que merecía como poetisa.

Con el tiempo, Ortega y Murillo tuvieron nueve hijos. Sin embargo, después de la derrota electoral de 1990, cuando Violeta Chamorro ganó la presidencia y terminaron diez años de una revolución arrasada por la guerra civil, ambos tuvieron que adaptarse a una vida civil complicada, con Ortega convertido en un eterno candidato opositor cuyo destino cambiaría radicalmente en 2007, cuando retornó al poder hasta la fecha.

Con todo y eso, la palabra insurrección ciudadana siempre le cala hondo a Murillo, y la de 2018 resultó una afrenta personal. Los nicaragüenses ponían en la cuerda floja sus aspiraciones, por lo que la respuesta del régimen no sería otra que mortal, todo para mantenerse el poder.

En 2021 Nicaragua celebró elecciones presidenciales, pero Ortega implantó reformas que le dieron el control absoluto del ente electoral, y ordenó la aprehensión de la que pudo ser su principal contrincante, Cristiana Chamorro, y de otros tres aspirantes a la presidencia opositores, y se desarrolló una nueva campaña política para reelegirse, junto a Murillo, en noviembre, elecciones que fueron catalogadas como fraude.

“¿El fin del comandante?”

Jezabel fue la esposa del rey Acab de Israel. Era hija del rey Tiro y Sidón y sacerdotisa de Astarté. Como pagana, introdujo su religión en Israel y mató a los adoradores de Dios, persiguió a los profetas y consultaba a centenares de profetas de Baal, a quienes Acab construyó un templo en Samaria.

De acuerdo a la historia bíblica, Jezabel se opuso a la adoración del Dios de Israel y en su lugar adoraba y promovía la adoración y culto falso del dios Baal. También fue muy cruel con sus sirvientes y se involucró en la matanza de muchos profetas; en resumen, ella quería ser la reina y poderosa de todos.

Esa historia tiene algo de similitud con lo que la vicepresidenta de Nicaragua ha hecho desde el 2006, y poco a poco se ha encargado de demostrar su ley y poder a su gusto y antojo.

Con el desalojo de la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Alba Luz Ramos y la magistrada Yadira Centeno, de la Sala Civil en el alto tribunal, quienes fueron rápidamente enviadas a sus viviendas, demuestra que la Corte está descabezada en todos los aspectos.

WhatsApp Image 2024 05 27 at 09.39.05 2
Rosario Murillo, la mujer esotérica que hundió al Frente Sandinista 6

De hecho, la mayor parte de la vieja guardia del Frente Sandinista ya está fuera del juego. Murillo viene sacándolos desde hace varios años. Empezó cuando defenestraron a Lenín Cerna, enviando así un mensaje claro: “que no se metan en nada porque la trayectoria que puedan haber tenido y sus glorias pasadas no valen nada y los miembros de la vieja guardia que aún ocupan puestos es casi seguro que van a caer, pues Murillo no confía en ellos y necesita abrir campo para los suyos”.

Para algunos críticos el control descabellado de Murillo en la actualidad habría dado muerte política al comandante, incluso los mismos Sandinistas de antaño reflexionan y dicen que Ortega era como la última Coca-Cola en el desierto para ellos, y que Murillo se la tomó.

Uno de los cofundadores del frente sandinista, dijo a Darío Medios que lo que estamos viendo en la actualidad es el avance del proceso de adquisición de poder de Rosario Murillo quien tiene una necesidad patológica de control y demanda de sus subordinados un total sometimiento a su voluntad, sin mencionar su espíritu vengativo que no perdona ni el más mínimo desplante. Por lo que estaría, incluso, usando y entrenando a su hijo Laureano Ortega para llevar a cabo sus planes de conquista.

“Casa por cárcel a Humberto Ortega por arremeter contra el clan familiar”

Haberle dicho a Rosario Murillo en palabras sutiles “sus un cero a la izquierda”, le habría costado caro al general en retiro Humberto Ortega, luego de conceder una entrevista explosiva al medio Infobae, donde manifestó que, si su hermano Daniel Ortega muere, nadie de su grupo podrá sustituirlo y, por ende, se deberán celebrar elecciones.

Al respecto, Darío Medios consultó a un experto en política, quien aseguró que “en esa entrevista, Humberto dejó entrever un punto que tiene que ver con ella (Rosario Murillo), que es un cero a la izquierda; y que en el proceso político nicaragüense la única transición democrática que puede ocurrir tras una posible muerte de Ortega es un proceso electoral, porque de otra forma lo que ocurriría en el país sería una polarización y tensión extrema dentro del mismo círculo de poder”, enfatizó el politólogo.

Con todo y eso, la Policía mantiene un cerco en la vivienda del general en retiro, a quien además lo despojaron de computadoras y celulares después de allanar su casa la noche del domingo 19 de mayo de 2024.

El acoso policial ocurre después de la publicación de una entrevista con el medio argentino Infobae, en la que el exjefe del Ejército de Nicaragua aseguró que su hermano Daniel Ortega no tiene sucesores y además fue citado a declarar antes las autoridades por sus declaraciones explosivas. En esa entrevista, Humberto dijo que su hermano no es un asesino, y que, si falta Daniel Ortega, para él, “no hay posibilidad de que nadie de ese grupo de poder pueda ejercer la influencia frente a un proceso de sucesión”.

Cabe señalar que, el hermano menor de Daniel Ortega está bajo el régimen de “casa por cárcel de facto”, similar al que, desde hace más de un año, la Policía le ha impuesto a más de 100 nicaragüense; y según opositores, habría sido la misma Rosario Murillo quien le habría pasado factura por atacarla.

Entérate más: POLICÍA DE NICARAGUA CITA Y DECOMISA DISPOSITIVOS A HUMBERTO ORTEGA TRAS CRÍTICAS AL RÉGIMEN DE SU HERMANO

Las diferencias entre Humberto y Murillo son de vieja data, pues como en toda familia siempre hay roces. Fuentes aseguran que ella deshonraba a su hermano y que ella evitaba reuniones familiares con la excusa de que él tenía una vida muy lujosa.

En conclusión, la necesidad de Murillo de controlar y de poder es insaciable y por esa razón es muy seguro que las purgas van a continuar en otras instituciones del Estado, o bien que Daniel Ortega y Murillo entren en una disputa que los lleve a deteriorar más su relación y, por ende, todo esto repercuta en el presente y futuro de Nicaragua, una nación que ve a sus hijos emigrar por la falta de oportunidades y represión insensata.