El papa Francisco dijo en su intervención en la sesión de clausura del seminario internacional sobre derecho humano al agua, que las estadísticas proporcionadas por las Naciones Unidas sobre el agua, son dolorosas y por lo tanto no nos podemos quedar al margen de esa realidad. “Mil niños mueren de enfermedades por la falta de agua y millones de personas están consumiendo agua altamente contaminada. Nos estamos encaminando con todos estos problemas a la gran guerra mundial por el agua”, dijo el Pontífice.

Los datos que ha presentado la organización de Naciones Unidas son muy graves, se deben tomar todas las medidas necesarias, no es tarde todavía, pero es urgente tomar conciencia de la necesidad de conservar este recurso no renovable y darle el valor transcendental que tiene para la humanidad, expresó el Papa.

A su vez, Francisco exhortó a toda la comunidad internacional para que trabaje junta a fin de garantizar el acceso universal al agua segura y de calidad. “Hace falta una cultura del cuidado, fomentar una cultura del encuentro, en la que se unan en una causa común todas las fuerzas necesarias de científicos y empresarios, gobernantes y políticos. Es imprescindible la acción de cada estado como garante del acceso universal al agua segura y de calidad. Nuestro derecho al agua es también un deber con el agua, del derecho que tenemos a ella se desprende una obligación que va unida y no puede separarse”, expresó.

Destacó Francisco que el derecho al agua es determinante para la sobrevivencia de las personas y decide el futuro de la humanidad. “Es prioritario también educar a las próximas generaciones sobre la peligro de esta realidad”, advirtió.