Obispo y sacerdotes de Nicaragua han sido el principal blanco de los ataques de odio de la dictadura de los Ortega- Murillo contra la Iglesia Católica. De la represión que vive el pueblo de Nicaragua, no escapa la diócesis de León, administrada eclesialmente por el Obispo René Sándigo.

La Diócesis de León y Chinandega vive las agresiones crueles de la dictadura, que ha enviado a monjas y eclesiásticos al exilio, mediante la persecución, amenazas de cárcel y vigilancia de paramilitares orteguistas. El presbítero Johnny Guerrero y su conductor, se exiliaron luego de recibir intimidaciones de encarcelamiento por parte del régimen Ortega-Murillo, según revelaron laicos de la ciudad de León.

Sin embargo, la inseguridad que viven los clérigos de la diócesis son en dos vías: el cerco permanente frente a los templos católicos de patrullas de la Policía sandinista, infiltración de policías en las actividades de las Iglesias y vigilancia del quehacer de los curas por fanáticos del régimen.

La otra, es el control permanente que mantiene el obispo Sócrates René Sandigo Jirón sobre los eclesiásticos críticos a la dictadura.
Mantiene control férreo sobre medios de comunicación de los templos Una fuente bajo condición de anonimato dijo que una de las medidas que ha tomado monseñor Sándigo Jirón, para congraciarse con el orteguismo, es enviar a los canónigos no alineados a zonas aisladas de la región.

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Además, son controlados por agentes de inteligencia de los autócratas y por el propio obispo Sándigo, quienes les han expresado sistemáticamente, “no deben hablar mal de los Ortega – Murillo”, porque él, no dará la cara cuando sean enviados al “Chipote”. Determinó, que el propio obispo, mantiene un control férreo sobre los contenidos de las páginas de Facebook, en los oratorios y ha prohibido cualquier información que cuestione a los dictadores y operadores del sandinismo.

Una fuente vinculada con varios sacerdote en León y Chinandega, dijeron que los párrocos viven con temor de ser secuestrados y se cuidan en sus prédicas, para no ser grabados y mal informados por paramilitares y policías vestidos de civil que se introducen a las homilías.

Desde el estallido social y político de abril 2018 la dictadura ha obligado a religiosas y religiosos a abandonar el país. Según el informe “Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?” que da seguimiento a las agresiones que sufre la Iglesia católica nicaragüense.

Obispo Sándigo prohíbe a los sacerdotes hacer críticas al régimen

Un clérigo del occidente de Nicaragua, que consintió hablar bajo anonimato, expresó que el apremio “que está viviendo el clero es enorme, el obispo en una reunión dijo que él no iba a salvar ni a meter sus manos por nadie, que no habláramos de política y que no reprocháramos al gobierno”.

La reunión que menciona el sacerdote fue en febrero de 2023, en el patio principal de la Catedral de León, en la misma actividad el Obispo Sándigo tuvo discrepancias con varios canónigos por sus actitudes políticas y requerimientos “pastorales” confirmó la fuente.

La feligresía de León y Chinandega, considera que el obispo Sándigo Jirón es un “vendedor de la fe”, tiene conformados templos en clases y los párrocos tienen que entregar mensualmente cuotas económicas para satisfacer la vida de lujo que tiene Sándigo.

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Religiosos de Occidente vigilados, mientras su obispo se congracia con dictadura 3

No hay en la diócesis información económica de los aportes que hace las parroquias, mientras el obispo usa la represión hacia el clero, que por temor y aparente sumisión guardan mutismo y para protegerse de ser enviados fuera del país o a las ergástulas del régimen.

Es la fecha y no existe de parte de la diócesis de León ningún pronunciamiento por los sacerdotes que han sido enviados al exilio por la pareja de déspotas, ni la negativa del régimen de no dejar entrar al país a monseñor Rodrigo Urbina Vivas.

Sacerdotes de la diócesis de León, “desterrados” por los Ortega- Murillo

Entre los clérigos expulsados por la dictadura sandinista y que pertenecen a la diócesis de León y Chinandega, están: Presbítero Johnny Guerrero Blanco, monseñor Rodrigo Urbina Vivas, párroco de la Iglesia San Juan Bautista del barrio indígena de Sutiaba; monseñor Marco Díaz.

Asimismo, tres sacerdotes de la orden Santísimo Salvador, los religioso obedecen a los siguientes nombres: padre Ezequiel Buenfil, rector del Convento San Juan Neumann Nicaragua; el párroco José Miguel Figueroa, de la iglesia Nuestra Señora de los Desamparados “El Calvario”, en el Viejo, Chinandega; y el sacerdote David Pérez, de la parroquia Inmaculada Concepción de María, en León.

“Desde el 14 de enero 2024, los sacerdotes pertenecientes a la orden religiosa del Santísimo Salvador recibieron intimidaciones de la Policía sandinista cuando regresaban de celebrar la santa misa en la parroquia Santo Tomás Apóstol de Corinto. Desde ese día, los padres Buenfil y Figueroa desaparecieron y luego fueron expulsados”, denunció en sus redes sociales la investigadora Martha Patricia Molina.

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Religiosas del Occidente fueron confinadas y decomisadas sus obras

El Ministerio del Interior decomisó en la ciudad de León el convento de las monjas de la Fraternidad Pobres de Jesucristo, quienes fueron desterradas de Nicaragua en julio del 2023. En el local ahora funcionan las oficinas de la Dirección de Migración y Extranjería, una dependencia estatal.

También, confiscó la propiedad de las hermanas Pobres de Jesucristo que en julio de 2023 fueron expulsadas por la dictadura sandinista. En ese local funcionaba el convento donde las religiosas facilitaban servicios de asistencia social a la población del departamento de León.

Las monjas de la Fraternidad Pobres de Jesucristo fueron expulsadas del país luego de que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo les negó la renovación de su residencia en Nicaragua, por lo que se miraron obligadas a trasladarse a El Salvador donde siguen su misión.

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Religiosos de Occidente vigilados, mientras su obispo se congracia con dictadura 4

“Las expulsiones han sido absurdas, todas fueron injustas y las autoridades en ningún momento avisaron a los religiosos/as los motivos de la cancelación o anulación de la permanencia legal en el país”, manifestaron varios líderes de hermandades católicas. Adicionaron, que “Sándigo al aliarse con los autócratas desde cuando estaba en Juigalpa, deja certeza de que esconde algo”, que lo tienen atado.

“Sándigo”, no es un pastor que está al lado de su pueblo, finge ser cercano a la multitud con sus lemas y sermones, pero sus acciones demuestran una conducta contraria”, sostuvieron. Exteriorizaron, que quiere venderse como un patriarca actual que le atañe la caridad popular y la religiosidad, aunque lo que está haciendo es cuidando sus interés políticos.

Un total de 34 sacerdotes nicaragüenses fueron enviados al exilio forzado entre febrero de 2023 y enero de 2024, en tres grupos diferentes. Los obispos Rolando Álvarez e Isidoro Mora, encabezan la lista de desterrados.