El sol de la mañana del 19 de abril de 2018, estaba quemante, pero eso no impidió a los ancianos de Masaya, salir a marchar arropados con una buena cantidad de pobladores, que vieron con buenos ojos sus demandas.

Y es que desde tempranas horas de la mañana, la alcaldía al frente del fallecido alcalde orteguista Orlando Noguera, dispusieron a bloquear el paso de la marcha cívica, incluso pusieron a los trabajadores de la limpieza a bloquear el paso con sus carretones de acarreo de basura, pero no pudieron impedir el paso de los protestantes.

Luego de una llamada telefónica entre Noguera y la jefatura de la Policía departamental de esta ciudad, donde coordinaron lo acordado un día antes, de usar la fuerza policial a como sea, entonces se procedió.

Cuando la marcha finalizó como a las 11 de la mañana cerca de los semáforos del colegio Bautista, las turbas y los antimotines comenzaron a lanzar morterazos, piedras y balas de goma. Los ancianos se sintieron acorralados y no tuvieron otro remedio que escapar hacia el sur, justo al barrio Monimbó, mientras algunos jóvenes de Masaya repelían el ataque igual con piedras y morteros.

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La chispa que encendió a Monimbó 3

Un gigante que despierta

Las turbas sandinistas y policías lograron recular a los pobladores hasta la placita, enseguida los monimboseños salieron de sus casas, dejaron lo que estaban haciendo y salieron a defender a los señores.

En ese entonces connotadas figuras del sandinismo en esta ciudad comenzaron a repartir morteros y piedras entre miembros de la Juventud Sandinista y la batalla campal esta vez empezó contra la gente de Monimbó. La cantidad de pobladores rebasó a los jóvenes sandinistas, que incluso llegaron más antimotines a la ciudad para repeler la defensiva de los monimboseños.

La represión estatal empezó a ponerse más recia y los policías comenzaron a disparar balas de plomo y bombas lacrimógenas, mientras los jóvenes de Monimbó arrancaban adoquines para ponerlos como barricada y protegerse de las balas. Toda la tarde estuvo esa batalla campal hasta que los policías y turbas fueron reculados hasta el parque central.

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La chispa que encendió a Monimbó 4

Sin miedo a la represión

“Hay que tener huevos para entrar aquí”, gritaban los monimboseños, mientras más y más pobladores se sumaban con piedras en mano, todos formaban una barrera humana y avanzaban sin miedo, mientras una bandera azul y blanco ondeaba éntrelos muchachos y aquí barrio que era todo un caos. Los “azul y blanco” avanzaron hacia donde estaban las turbas y los antimotines que no tuvieron otro remedio que replegarse.

Entró la noche y los disparos de balas y bombas, y las pedradas y morterazos de los jóvenes habían bajado su intensidad. Fue en la medianoche de ese día que cayó fallecido Álvaro Gómez y al día siguiente Abraham Amador, ambos participantes activos de las protestas antigubernamentales.