La joven nicaragüense Anggy Díaz, murió decapitada a manos de su esposo Jared Dicus, de 21 años, de nacionalidad estadounidense, dentro de su habitación en el Condado de Walter, en Texas, Estados Unidos, así lo informó la oficina del Sheriff del Condado.
La víctima fue encontrada despuntada dentro de su casa ubicada en la cuadra 200 de Oak Hallow Boulevar, mientras los investigadores expresaron que el suceso es terrible. El esposo de Anggy, Jared Dicus, fue detenido y enfrentará cargos por asesinato.
Anggy Díaz era oriunda de la ciudad de El Viejo, en el departamento de Chinandega y este viernes 13 de enero cumpliría tres meses de haber contraído matrimonio con el estadounidense Dicus.
En lo que va de enero de 2023, cinco féminas nicaragüenses han sido asesinadas de forma violenta en el extranjero, tres en Costa Rica, una en Guatemala y Anggy Díaz, en Houston, Texas, Estados Unidos de Norteamérica.
Por su parte, Marycé Mejía de la Red de mujeres contra la Violencia dijo que las migraciones irregulares de nicaragüenses están asolando a las familias, porque han dejado dolor, muertes, luto, desarticulación de la esfera emocional de los niños, niñas y adolescentes.
La activista feminista considera que los femicidios que han ocurrido en el extranjero a no menos de cinco mujeres nicaragüenses, es consecuencia de las migraciones, porque las féminas no tienen seguridad para sus vidas y los hombres violentos aprovechan que no están legalizadas para asesinarlas.
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Es un despreció a la dignidad, a la vida de las mujeres y por eso el Estado de Nicaragua no solo debe promover políticas integrales para reducir la violencia machista, también soluciones laborales.
Mientras las defensoras de derechos Humanos exiliadas en los Estados Unidos demandaron de los Estados donde llegan mujeres nicaragüenses pidiendo refugio u oportunidades de trabajo, desarrollen programas no solo para proteger de la violencia a sus nacionales, sino también a las extranjeras.
Asimismo, la socióloga nicaragüense María Teresa Blandón dice que el fenómeno de la violencia es un problema común en las américas y que las organizaciones que trabajan por los derechos de los migrantes deben velar por los derechos de las mujeres migrantes.