La dictadura de los Ortega Murillo inició a dividir a la Iglesia Católica desde que logró doblarle el brazo al Cardenal Miguel Obando y Bravo. Quien después de sostener una reunión a puerta cerrada con los déspotas, el religioso terminó sumiso a la pareja dictatorial y dejó de jugar un rol de defensa a la Iglesia.

Monseñor Obando y Bravo terminó siendo funcionario del régimen sandinista, hasta su muerte.

Los autócratas continuaron con el mismo propósito y por eso tomó la medida de expulsar de facto al nuncio apostólico, Waldemar Stanisław Sommertag. Sin declarar non grato de forma oficial.

El destierro del nuncio se dio de manera arbitraria por parte del régimen de Daniel Ortega, dijeron fuentes ligadas al exrepresentante de la Santa Sede en Nicaragua.

Posteriormente los tiranos desarrollaron una estrategia para fraccionar a los Obispos de la Conferencia Episcopal, (CEN), y consiguió llevar a su redil a varios obispos y sacerdotes.

Mandó al exilio al obispo Silvio José Báez

Asimismo, logró el exilio del obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, crítico a la dictadura, quien desde el exilio continúa  denunciando las acciones del régimen para aniquilar  la Iglesia Católica y  las violaciones de los derechos humanos de los nicaragüenses.

Esta fracción de obispos a favor del régimen Ortega- Murillo, manifiestan su apoyo a la dictadura guardando un profundo silencio ante las agresiones, encarcelamiento y destierros de religiosos y religiosas de la Iglesia.

Ortega y Murillo también desarrollan permanentemente campañas de desprestigio y odio en contra religiosos para desgastar a la Iglesia en Nicaragua.

La dictadura continúo su embestida y mandó a secuestrar al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, a quien procesó y condenó por delitos espurios a 26 años de cárcel y lo mantuvo recluido y lo envió al Sistema Penitenciario Jorge Navarro conocido como “La Modelos” en condiciones crueles.

Cárcel y destierro

De igual manera capturó a sacerdotes, seminaristas y laicos de la Diócesis de Matagalpa, que acompañaron en la curia a monseñor Álvarez, a quienes también los desterró.

Los opresores no se quedaron ahí, intentaron desterrar en dos ocasiones a monseñor Álvarez, sin embargo, encontró resistencia en un pastor comprometido con su misión pastoral. Sin embargo, por supuestas negociaciones con el Vaticano, fue excarcelado junto al obispo Isidoro Mora y sacerdotes, seminaristas y laicos y posteriormente expatriados a Roma.

Iglesia Católica
División y ataque a la Iglesia Católica: manual de la dictadura en los 80`s y actualmente 4

Últimamente el régimen orteguista mantiene una cacería en contra de todos aquellos religiosos y religiosas que alzan su voz para denunciar las injusticias de los dictadores.

Según analistas independientes dijeron a DaríoMedios Internacional, que la estrategia de la dictadura es conformar una iglesia sometida a sus intereses políticos y partidarios, que en ese sentido quiere destruir todas las estructuras actuales de la Iglesia.

La abogada e investigadora Martha Molina asegura que las detenciones y destierros van a seguir

De la misma manera la abogada e investigadora Martha Patricia Molina aseguró que el destierro de religiosos va a continuar. Y que no cesaran los ataques” contra la Iglesia.

Molina reveló que el exilio forzado evidencia una grave violación a los derechos humanos de los sacerdotes y obispos porque “ellos no tenían que ser obligados a salir de su país”. Pero, conjuntamente, señalando que las infracciones que se les imputaron, “fueron ficticios”, recalcó.

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Los dictadores “quería deshacerse de los sacerdotes, lo más antes posible” “Era muy complicado mantener a tantos clérigos presos, al deportarlos, la dictadura liberó la presión internacional en su contra”, adiciona.

La investigadora indicó que este hecho “no figura el cese de hostilidades” contra la Iglesia católica. Al contrario, “las agresiones continuarán y probablemente los encarcelamientos también”.

Obispo Silvio Báez dijo que los dictadores quieren ver a la iglesia católica encerrada

Por su parte el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio José Báez, dijo que los dictadores sandinistas, “quisieran ver a la Iglesia encerrada”, y que por esa razón detiene y confina a los religiosos de manera ilegal.

“Los poderes del mundo temen a los profetas. Ambicionan ver a la Iglesia muda. Por eso encarcelan y destierran a los profetas”, escribió en su cuenta de X (antes Twitter), monseñor.

Por su lado, el sacerdote nicaragüense también exiliado Edwing Román manifestó que el destierro, por parte del régimen, es porque quiere “establecer la paz del bozal”. 

“Están equivocados los opresores si creen que la voz iluminada de la Iglesia católica en Nicaragua se va a callar: esa voz seguirá llevando el evangelio y denunciando a los dictadores, aunque ahora estemos   exiliados”, exteriorizó el líder religioso un mensaje en redes sociales.