El huracán Beryl, actualmente un ciclón de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, se perfila como una de las tormentas más peligrosas y atípicas de la temporada de huracanes en el Atlántico. Desde su formación y rápida intensificación en el Atlántico hasta su trayectoria prevista que lo llevará a tocar tierra en México dos veces, Beryl ha captado la atención de meteorólogos y autoridades de emergencia.

Según los pronósticos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) y el Servicio Meteorológico Nacional de México (SMN), Beryl seguirá una trayectoria que lo llevará a impactar inicialmente la Península de Yucatán como un huracán de categoría 1 o 2. Se espera que Beryl toque tierra en Quintana Roo hacia la noche del jueves 3 de julio o la madrugada del viernes 4 de julio. Posteriormente, se degradará a tormenta tropical y cruzará el Golfo de México, golpeando las costas de Veracruz y Tamaulipas hacia el sábado 6 de julio.

Alejandra Méndez Girón, coordinadora general del SMN, señaló que las bandas nubosas del huracán comenzarán a afectar la península desde el jueves con lluvias torrenciales e intensas en Quintana Roo, Campeche, Yucatán y Tabasco. Se esperan fuertes vientos, trombas marinas y marejadas de tormenta en estas regiones. El organismo también prevé lluvias en el sureste, oriente y centro de México.

Impacto y preparación en México

Ante la inminente llegada de Beryl, las autoridades mexicanas han tomado medidas preventivas significativas. Protección Civil ha habilitado más de 5,000 refugios temporales en las zonas vulnerables. En Campeche hay 534 refugios, en Chiapas 770, en Quintana Roo 837, en Tabasco 459, en Tamaulipas 453, en Veracruz 1,172 y en Yucatán 982. La ciudadanía ha sido instada a no salir de sus viviendas durante el paso del huracán y, en caso de residir en áreas de riesgo, a acudir a los refugios temporales o buscar albergue con familiares o amigos.

El SMN también ha emitido advertencias a las embarcaciones marítimas y a los puertos en Campeche, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y el sur de Veracruz, pidiendo extrema precaución y atención a las recomendaciones de las autoridades.

Beryl es el primer huracán de la temporada 2024 en el Atlántico, y su comportamiento ha sido excepcional. El lunes 1 de julio, tocó tierra en las Islas de Barlovento, en las Antillas Menores, causando daños significativos con sus vientos de 220 km/h y rachas de hasta 270 km/h. El huracán se ha mantenido con fuerza a lo largo de su recorrido por el Caribe, y se espera que continúe impactando hasta su llegada a México.

El NHC ha descrito a Beryl como “extremadamente peligroso” y ha alertado sobre los riesgos para la vida en las áreas afectadas. La velocidad de su intensificación y su amplia cobertura nubosa, que alcanza partes de Sudamérica, han generado preocupación entre los expertos. Además, la inusual formación temprana y rápida intensificación de Beryl se atribuyen en parte al calentamiento de las aguas oceánicas, una consecuencia del cambio climático.

Las islas del Caribe que ya han sufrido el impacto de Beryl han implementado medidas de emergencia. En Granada, las autoridades reportaron devastación en Carriacou y otras islas cercanas. Miles de personas buscaron refugio en Barbados, Granada, Tobago y San Vicente y las Granadinas. Las autoridades han advertido sobre posibles marejadas ciclónicas de hasta 9 pies y lluvias torrenciales que podrían causar inundaciones y deslizamientos de tierra.

El NHC ha emitido alertas para Haití, República Dominicana, Jamaica y las Islas Caimán, anticipando fuertes tormentas y marejadas ciclónicas peligrosas. La situación es particularmente crítica en San Vicente y las Granadinas, donde se esperan los mayores impactos.

El huracán Beryl representa un desafío significativo para las autoridades y comunidades en su trayectoria. Con un doble impacto previsto en México, primero en Quintana Roo y luego en las costas de Veracruz y Tamaulipas, la preparación y respuesta adecuada serán cruciales para mitigar los efectos de este fenómeno meteorológico extremo. Las autoridades continúan monitoreando la evolución de Beryl y emitiendo recomendaciones para garantizar la seguridad de la población. La temporada de huracanes apenas comienza, y Beryl ya ha dejado una marca indeleble, subrayando la necesidad de estar siempre preparados para lo inesperado en la naturaleza.