Las madres de presos políticos en Nicaragua no se cansan de pedir justicia, algunas han extendido su clamor por más de 4 años.
Entre ellas, Grethel Gómez, madre de Hanzel Quintero, uno de los jóvenes arrestados por llevar agua a las madres de presos políticos quienes habían emprendido una huelga de hambre en una iglesia de Masaya.
Al grupo de arrestados les llamaron la “banda de los aguadores”. Quintero es el único hijo de doña Grethel y su captura la convirtió en una mujer valiente y comprometida con la defensa de los derechos humanos, odia las injusticias y asegura no se cansa de ayudar a las víctimas de la represión del gobierno de Nicaragua.
En este episodio de la entrevista dominical conversamos con Grethel Gómez, ingeniera química y exiliada por temor a volver a ver a su hijo en la cárcel, siendo inocente. Ha sobrevivido en un país extraño luego de perder su empresa de bienes y raíces.
¿A qué se dedicaba Grethel Gómez antes de las protestas de 2018?
Después de muchos años de trabajar en manufactura especialmente en la industria de alimentos en Nicaragua, había incursionado en la parte comercial en la empresa de bienes raíces y después de ser gerente de una urbanizadora me di a la tarea por conformar mi propia empresa llamada casa en Nicaragua y me dedicaba a bienes raíces, casas de interés social.
¿Cómo el encarcelamiento de un hijo por razones políticas dañó los planes y el futuro de toda una familia?
Nosotros en el 2018, antes que encerraran a Hansel ya como familia habíamos tenido una gran desintegración a partir que mi hermana salió del Banco Central e hizo una denuncia del banco en todo el congreso en los Estados Unidos, no tuvimos paz, en ese año tuvimos que cerrar la empresa y estuvimos fuera del país. Hansel y yo estuvimos involucrados en las protestas, posteriormente regresamos a tratar de volver a encausar nuestra vida en Nicaragua, y fue que precisamente a Hansel lo encarcelaron, definitivamente fue un giro de 360 grados, de todos mis sueños, de todo mi ejercicio profesional y poder llegar tener mi propia empresa, mi meta fue sacar a mi único hijo de la cárcel y me convertí en una persona dedicada cien por ciento a la defensa los derechos humanos.
Escucha la entrevista:
¿En qué momento ya no fue posible para usted y su hijo permanecer en Nicaragua?
Hansel desde el 2018 con otros jóvenes profesionales fundó Hora Cero, una plataforma de comunicación digital para la incidencia política y por su activismo estuvo muy involucrado, y yo me dediqué a la defensa de derecho de abril y conformamos la Organización Víctimas de Abril y ya para antes de las elecciones era demasiado el asedio y la persecución, tuvimos información muy cercana a la policía que había orden de captura nuevamente para Hansel, la única forma de que él saliera era que yo también saliera del país, él salió primero de forma ilegal y después salí yo, es terrible lo que viven los familiares de los presos políticos, no hay paz, además hay un riesgo inminente de muerte en la cárcel y si no tienen daños irreparables para la salud, tanto físico como emocional, es mi único hijo y era imposible para mi pensar que fuera recapturado.
Si bien el exilio le garantiza la seguridad que no tiene en Nicaragua ¿Cómo hacen para subsistir?
Como les decía mi hermana tuvo que salir en el 2018 y ya tiene permiso de trabajo, también tengo otros familiares, una sobrina y un sobrino y ellos son el principal soporte, yo estoy en el trámite de asilo político por lo tanto no puedo tener trabajo oficialmente y colaboro en consultoría y en la parte de cuidarlos y ayudarles en la casa, cosas para la familia.
¿Qué ha sido de la Organización Víctima de Abril? ¿Continúan trabajando?
Nosotros somos una de las organizaciones más beligerante en la incidencia política, estamos en casi todos los espacios políticos que se han conformado, nosotros estamos conformados por lesionados que son víctimas que fueron asesinatos frustrados, parapléjicos, gente que le sacaron un ojo, excarcelados políticos, familiares de presos políticos, madres de asesinados y lo que hacemos es una red de apoyo entre nosotros, como ya hemos sido víctimas, sabemos lo que se vive, sabemos lo que pensamos y en medio de esta crisis de todo tipo, la que más sufren es una crisis humanitaria, por falta de recurso y por el nivel alto de presión al tener a un familiar o ser víctima directa de la dictadura, entonces si tenemos un compromiso con las victimas del acompañamiento y la incidencia política para obtener justicia cuando podamos.
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¿Por qué no fue posible ver a todas a las organizaciones víctimas del gobierno de Nicaragua juntas?
Yo no diría que no se pudo como en el pasado, yo digo que estamos construyendo esos lazos, el trabajo de la dictadura ha creado un terror, hay familias que están directamente amenazadas, que no pueden tener ningún protagonismo en la incidencia, por lo tanto es bastante difícil la comunicación entre nosotros, familiares que están en las distintas organizaciones, estamos trabajando todas las organizaciones de familiares, estamos juntos y haciendo esa conexión emocional porque sabemos que solos no se va a poder lograr acuerpar, porque sabemos que tiene que llegar el momento de que haya salida de presos políticos, el temor que tenemos es que salgan algunos y otros no, por ejemplo en el 2019 cuando salió mi hijo salieron 101, pero todavía quedaron 12 presos que están desde el 2018 y hay 45 recapturados.
No ha sido posible encontrar justicia en estos últimos cuatro años ¿qué le demandan al gobierno de Nicaragua?
En principio nosotros estamos documentando todititas las violaciones de derechos humanos, tenemos mucha relación con las Naciones Unidas, con el MESENI, celebramos y tenemos comunicación con la gente del grupo nuevo que creó las Naciones Unidas, de los expertos, y nosotros lo que demandamos a este gobierno es justicia, la dictadura no es eterna, la historia lo ha demostrado, se van a tener que ir y van a tener que pagar los crímenes de lesa humanidad que han cometido en contra de nuestros familiares y contra nosotros mismos.