Mario Zúniga

Son las 2 de la tarde en la caliente ciudad de León, Nicaragua, y la lluvia amenaza. Mis compañeros han salido a almorzar y por error han dejado mis cosas bajo llave; mis llaves igual y debo tomar un taxi, pero en esta parte de la ciudad casi no entran, viene un triciclo y lo abordo. Antes me habían rechazado dos más porque no voy tan cerca, talvez a 2 kilómetros a un barrio.

  • Buenas tardes, señor…. Puede llevarme al Reparto San Carlos?
  • Si no va hasta adentro lo llevo.
  • Me deja por ahí entonces.

Cuando en Nicaragua usted aborda un taxi o, como yo un triciclo, es muy posible que deba prepararse para una plática que dure lo que el camino. En efecto, don Daniel Medina, de 53 años, me comienza a “meter plática”. Nada interesante, sólo contesto por educación; pero recuerdo que soy periodista y que hay un problema que siempre ha existido y que en estos días se hace más visible…. El eterno desorden del transporte selectivo en Nicaragua. Esta vez comenzó con el reclamo de los taxistas al Gobierno para que no permita más a los “piratas”; gente que pretende trabajar transportando gente en su vehículo sin tener licencia o autorización para hacerlo.

Rápidamente convierto a don Daniel en mi entrevistado. Pan comido, ellos hablan gratis.

  • Don Daniel, y qué piensan ustedes (los tricicleros) del problema del transporte.
  • Bueno, hermano, ya mirás que ahorita están regresando de Managua de reunirse pero no los recibió el hombre (se refiere al presidente). La verdad que yo no sé porqué tanto egoísmo de estos taxistas.

Lo increpo para que ahonde. Le hablo de la legalidad que debe existir.

  • Mire, nosotros los que andamos en estos chunches no le hacemos nada a ellos (a los taxistas). En velocidad no le vamos a ganar jamás, si les sale un viaje fuera de la ciudad pueden ir, pueden cargar lo que sea y nosotros qué vamos a aguantar. La verdad que no somos competencia.

En esta parte el hombre se indigna y me cuenta que en una ocasión debía ir de noche a San Jacinto; un pequeño pueblo al nordeste de León, al que se llega desde esta ciudad en 25 minutos y que el taxista que los trasladó, a él y su compañera, les cobró una tarifa de 300 córdobas y lo cual considera “tremendamente injusto”.

Al llegar a este punto de la conversación, llegamos a la esquina donde unos 20 taxistas ilegales se mantienen apostados en plena calle pidiendo dinero, a quienes pasan y en especial a los taxistas legales o no, para ayudarse económicamente ya que han decidido desistir de sus labores como un método de llamar la atención de las autoridades municipales para que les permitan legalizarse.

La municipalidad explica que la ciudad ya está saturada de transporte selectivo y que por lo tanto no puede ceder más.

“Para todos da Dios”

Le pregunto a Don Daniel que si es con ellos el pleito también y afirma que sí. No quieren que nosotros trabajemos, no quieren que trabajen las moto taxis y los taxistas ilegales, acota. Y asegura que todos pueden trabajar, “para todos da Dios”. “Todos queremos llevar comida a la casa, yo no puedo trabajar en otra cosa ya. Quise trabajar como guarda de seguridad y me dijeron que por mi edad ya no me aceptan”, dice un hombre cansado y con el rostro lleno de problemas que no son sólo los de él.

Le pregunto cuántos hijos tiene y me deja helado con la cifra de seis. Recuerdo que ese es otro eterno problema en Nicaragua, la prolífera paternidad y en muchos casos irresponsable. En este caso ya todos están grandes, dice, y el menor tiene 24 años, por lo que no tiene que darles de comer aunque aún les ayuda en lo que puede y debe mantener a la mamá de esos seis nicaragüenses.

Le insisto en la legalidad y mi nuevo amigo (así se siente platicar con quien lo transporta en Nicaragua) me afirma que si la alcaldía les facilita los requisitos ellos estarían legales todos. Y repite su frase que al parecer le ha salvado varias veces… “para todos da Dios”.

La carrera se va a terminar

Pregunto cuánto le daré por sus servicios y responde que vale 15 córdobas pero que valore que a donde me ha transportado es un poco retirado para que sea consiente; le entrego dos billetes de 10 y los acepta.

unnamed 3

Esta mañana cientos de taxistas legales de siete ciudades se presentaron a la casa de Gobierno en Managua a entregar sus demandas formalmente en un documento, sólo fueron recibidos por un funcionario local de la capital. Poco más de 10 minutos tardó la reunión en la que recibieron la misma promesa que los nicaragüenses han recibido por años por parte de las autoridades… “analizaremos la situación”.

En pleno siglo XXI Nicaragua tiene 5 mil “piratas”                                    

De acuerdo con versiones de los representantes de las cooperativas de transporte existen en el país un total de 5 mil taxistas ilegales en todo el territorio. En la segunda ciudad más importante, León, hay unos 300 ilegales y los legales son un poco más del doble.

La demanda de los legales por sacar a los otros de circulación en esta ciudad se ha mantenido desde hace ya más de un mes. La discrepancia ha llevado a enfrentamientos menores con la policía. Entre ambos bandos ha habido pedradas, vehículos quemados, palos y hasta acuchillados.

Otra cara de la moneda es la falta de calidad del servicio en algunos aspectos; pero esa es una demanda que aún no se pone en el escenario, pues los usuarios todavía no salen a las calles a demandarlo.