El gobierno de Nicaragua calificó el lunes el hecho de retomar el control del noroeste del país, tras atacar las protestas civiles en la zona, como una “obra de la fe de Dios”, en una jornada en la que al menos cuatro personas murieron en medio de la crisis que ya ha dejado más de 218 muertos.

 

“Haber logrado esta mañana recuperar movilidad, seguridad, en la [carretera] Panamericana, estamos hablando de Nagarote, estamos hablando de La Paz Centro, dar lugar al tránsito y al tráfico internacional, un acontecimiento milagroso, obra de la fe en Dios”, dijo la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, a través de medios gubernamentales.

 

Las ciudades del noroeste de Nicaragua que sufrieron el ataque de las “fuerzas combinadas” del gobierno, integradas por policías, antimotines, “parapolicías”, paramilitares y grupos de choque oficialistas, fueron Nagarote y León.

 

Pobladores de los movimientos “19 de Abril” de ambas ciudades afirmaron que las “fuerzas combinadas” no atacaron los tranques (bloqueos de carreteras) en la Panamericana, sino que entraron directamente a los barrios.

 

Imágenes de la población de ambas ciudades publicadas en redes sociales muestran que los operativos se dieron en el interior de los barrios, donde la población había construido barricadas, con el objetivo de evitar el ingreso de las “fuerzas combinadas”.

 

Fuente: El Nuevo Herald