Debió ser un día festivo para habitantes del departamento de Masaya en Nicaragua pero la ciudad amaneció militarizada este martes 20 de septiembre cuando estaba prevista la bajada de su Santo Patrono, San Jerónimo.

Decenas de policías, incluyendo antimotines, oficiales de línea y encubiertos, fueron encargados de garantizar que la actividad religiosa se circunscribiera al templo y evitar que las calles fueran ocupadas por la feligresía.

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Una página del Instituto Nicaragüense de Turismo, Intur, promueve la bicentenaria procesión en honor a San Jerónimo “…todos los domingos de octubre y noviembre se realizan en las calles de Masaya diversos bailes y procesiones, como los diablitos, el baile de negras y las húngaras, así como los tradicionales torovenados, acompañados de las infaltables rondallas de marimbas” describe la plataforma, evidentemente la disposición de prohibir la procesión cambia totalmente esas costumbres.

La noticia de que Ortega prohibió las procesiones en Nicaragua ha dado la vuelta al mundo. Agencias informativas reconocidas siguen de cerca el atropello en contra de la libertad religiosa del pueblo de Masaya y sus casi 200 años de tradición.

La ex-embajadora de Argentina, María Paula Bertol, férrea defensora de los Derechos Humanos de los nicaragüenses, envió un mensaje de solidaridad “quiero enviar un mensaje a mi pueblo heroico de Masaya. Sé que quieren sacar el santo a la calle…sé que son un pueblo valiente…!que saquen al santo , con paz y armonía¡” demandó a través de un video que circula en redes sociales.

María Paula Bertol, ex-embajadora de Argentina.