La Policía al servicio del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo incrementó su asedio y represión en contra de templos católicos en Nicaragua, en esta ocasión por la celebración del Domingo de Ramos, actividad religiosa con la que se da inicio a las fiestas de Semana Santa.

Según la abogada e investigadora Martha Patricia Molina, la dictadura orteguista dispuso más de cuatro mil policías para mantener una vigilancia extrema a todas las actividades de la Iglesia católica.

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La jurista señaló que efectivos policiales iniciaron sus acciones de intimidación desde ayer domingo, 24 de marzo, cuando decenas de fieles católicos llegaron a las diferentes iglesias para recordar «la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, montado en un asno».

«Domingo de Ramos con presencia de policías y paramilitares a lo interno y externo de las parroquias», denunció la autora del informe «Nicaragua: ¿Una iglesia perseguida?».

Agregó que los agentes del régimen de Daniel Ortega tomaban fotografías y vídeos a los laicos que asistieron a los templos, asegurando, así, que este fue un «domingo —de Ramos— bajo extremo asedio».

Padre Edwing Román: Domingo de Ramos sin procesión

Po su parte, el padre y desterrado político Edwing Román lamentó que un año más la administración del dictador Daniel Ortega impide que la feligresía católica salga a las calles y celebre sus actividades religiosas.

«En Nicaragua otro año más que la dictadura sandinista no ha permitido a los católicos salir a las calles para realizar la tradicional procesión del Domingo de Ramos», expresó el expárroco de la iglesia San Miguel Arcángel de Masaya.

«También Jesús fue víctima de turbas azuzadas, que lo apresaron violentamente con palos y espadas», subrayó el religioso, en referencia a la represión que vive la Iglesia católica.

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Pese a que en Nicaragua, el Gobierno ha prohibido toda manifestación religiosa, los templos se vieron abarrotados, principalmente la Catedral Metropolitana, para celebrar el Domingo de Ramos.

Además, desde el exilio, en Costa Rica, decenas de migrantes y sacerdotes nicaragüenses realizaron, el sábado, 23 de marzo, un «Viacrucis por Nicaragua» para pedir por la paz del país y la liberación de lo más de 100 presos políticos.