A diario miles de migrantes llegan o pasan por Nicaragua y a diferencia de países como Costa Rica que toman medidas para gestionar la afluencia de migrantes, Nicaragua permanece en silencio mientras miles atraviesan su territorio con destino a Estados Unidos.

De acuerdo con el medio digital The Tico Time, una migrante venezolana identificada como Astrid Cuéllar describió que hizo una breve parada de descanso en la ciudad nicaragüense de Condega, ubicada a 40 millas de la frontera con Honduras. Ella formaba parte de un grupo que viajaba en líneas especiales de autobuses que se detienen en la ciudad todos los días para que los migrantes puedan comprar alimentos y agua.

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Es conocido que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo no ha abordado el tema del flujo de migrantes que cruzan Nicaragua en busca de esperanzas de una vida mejor en Estados Unidos.

A diferencia de otros países centroamericanos que han aumentado la vigilancia fronteriza y han establecido campamentos para ayudar a los viajeros.

Según datos oficiales, más de 400.000 migrantes han ingresado a Honduras desde Nicaragua en lo que va del año, más del doble que en 2022. Un número similar ha hecho el traicionero cruce del Tapón del Darién desde Colombia hasta Panamá.

Mientras que Panamá y Costa Rica ayudan a los migrantes con refugio y transporte, Nicaragua ha guardado silencio sobre el tema.

Migrantes recorren Nicaragua

Migrantes de toda la región se unen a los que transitan por Nicaragua en el camino hacia el norte. El alcance total del éxodo de Nicaragua sigue sin estar claro.

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Si bien su futuro sigue siendo incierto, la mayoría se aferra a la esperanza de mejores oportunidades en el futuro. Pero el silencio del régimen nicaragüense resuena con fuerza a medida que esta marea humana pasa por el país.