Nicaragua sigue siendo uno de los países menos desarrollados de América Latina, donde pagar los servicios básicos y la canasta alimentaria es un desafío diario, esto debido a 4 años de crisis sociopolítica y a dos años de pandemia.

Para el sociólogo y economista Oscar René Vargas, el aumento de los precios de los productos alimenticios recae en todos los hogares del país; sin embargo, los hogares con los ingresos más bajos, es decir los que perciben ingresos menores a los C$ 10.000 córdobas mensuales, son los que sufren los incrementos más altos.

“El alza en precios de alimentos tendrá su impacto más severo en los hogares vulnerables, y el aumento en precios de los combustibles dañará a los más pobres. La población más pobre sufre en estos momentos el costo más alto por la inflación. Vemos que está creciendo más la pobreza por ingresos” avizora Vargas.

En la relación entre gasto en alimentos e ingreso monetario, los hogares con los ingresos más bajos tienen una baja diversidad en el consumo, puesto que destinan más del 60 por ciento de su ingreso monetario para la compra de alimentos, por el contrario, los hogares con los ingresos más altos destinan en promedio menos del 20 por ciento de su ingreso monetario para el consumo de alimentos afirma el economista.

A la vez Vargas alegó que en Nicaragua, los productos alimenticios se han encarecido porque el país importa, a precios altos, cereales, legumbres y granos básicos, debido a que la producción interna no cubre la demanda local.

La aparición de la pandemia de COVID-19 hizo que los confinamientos en el mundo afectaran las cadenas de suministro, lo que provocó que los precios al consumidor comenzarán a escalar, toda vez que los inversionistas en los mercados financieros llevaron los precios internacionales de las materias primas a rentabilidades récord, agregó el experto en estos temas.

Las empresas y supermercados ya han reflejado en sus márgenes la presión del incremento de la inflación. Y es que para proteger sus márgenes de ganancia (la cantidad de dinero que se gana o pierde por la venta de un determinado producto o servicio), los productores y comerciantes siempre trasladan los costos de sus insumos, de forma que los consumidores paguen la cuenta final.

Mientras tanto, se espera que la inflación aumente aún más, al 5,9 por ciento en este 2022, a medida que las presiones sobre los precios de las materias primas y las interrupciones en la cadena de suministro se vean agravadas por los recientes eventos geopolíticos, disminuyendo gradualmente a partir de entonces, alega el Banco Mundial el cual afirma que ha apoyado medidas de reducción de la pobreza en Nicaragua a través de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) y el fondo del Banco Mundial para los países más pobres.