La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo condenó a 10 años de prisión a los sacerdotes católicos y el laico que fueron arrestados en agosto del año pasado junto al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.

“El régimen ORMU arremete sin piedad contra el clero en Nicaragua. El día de hoy condenó a 10 años de prisión a 4 sacerdotes, 2 seminaristas y al camarógrafo que junto con monseñor Rolando Álvarez estuvieron secuestrados en la curia episcopal de Matagalpa”, informó el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) en su cuenta de Twitter.

Los condenados son los sacerdotes Sadiel Antonio Eugarrios, José Luis Díaz Cruz, Ramiro Tijerino Chávez y Raúl Antonio Vega; además de los seminaristas Darwin Leiva Mendoza y Melkin Centeno; y el reportero gráfico Sergio Cadena Flores.

“La sentencia dictada para todos fue: 5 años por el delito de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y 5 años por propagación de noticias falsas y 800 días multa”, detalló el CENIDH a través de sus redes sociales.

“Una nueva aberración jurídica fue que también les inhabilitó de por vida el ejercicio de cargos públicos y de elección popular. Desde CENIDH, condenamos estas acciones perversas del régimen que violentan los derechos humanos. Exigimos libertad inmediata para ellos y todas las personas presas políticas”, detalló el CENIDH.

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Los religiosos y el laico acompañaron por dos semanas al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, quien se mantuvo sitiado en la Curia Episcopal de esa ciudad en agosto pasado, previo a que el obispo y los religiosos fueran detenidos y llevados a las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), mejor conocida como El Nuevo Chipote.

Por su parte, la dictadura mantiene detenido a monseñor Álvarez en casa de sus familiares en Managua, a espera de su juicio que se llevará a cabo en las siguientes semanas.

Las condenas en contra de estos religiosos continúan con el patrón que ha seguido la dictadura para juzgar a los sacerdotes que se han atrevido a criticar a la dictadura de Daniel Ortega, que mantiene a más de 200 presos políticos en las cárceles del país, entre los que se encuentran, activistas, periodistas, defensores de derechos humanos, abogados, exdiplomáticos y sacerdotes.