La construcción de la ampliación de la Pista Juan Pablo II ha traído inconformidades para algunos capitalinos que habitan cerca de los tramos en construcción. El desvío del transporte urbano colectivo fue solo el inicio del desorden y estrés que viven algunos ciudadanos de Managua.

Posteriormente, los pobladores que habitan cerca de donde se están realizando estos trabajos de construcción comenzaron a quejarse por la falta de agua, pues el vital líquido comenzó a ser suspendido desde horas muy tempranas del día hasta entrada la madrugada del día siguiente. Esto indica que estos capitalinos pasaban sin este servicio más de 15 horas, situación que prevalece todavía en algunas zonas cercanas a esta ampliación.

A esto se le suma la suspensión de energía eléctrica que la Alcaldía de Managua informó a través de su sitio web, indicando que se estarán realizando interrupciones temporales de este servicio en sectores cercanos al tramo I de la Pista Juan Pablo II este viernes.

“Interrupción temporal del servicio de energía eléctrica en el tramo I de la Pista Juan Pablo II. La Alcaldía de Managua informa: Fecha: viernes 14 de junio. Horario: de 8:00 AM a 4:00 PM.” Se lee en el post publicado.

Las zonas afectadas serán el barrio El Pilar, La Esperanza y su anexo, y la Plaza Julio Martínez y sectores cercanos.

Autoridades de la comuna han estimado que la construcción de esta ampliación de la Pista Juan Pablo II tendrá una duración de tres años, por lo que se vaticina que estos problemas de agua potable, energía eléctrica y desorden en las paradas del transporte urbano colectivo perduren durante este mismo tiempo.

A principios del mes pasado, el secretario general de la Alcaldía de Managua, Fidel Moreno, dijo que había un avance del 33 por ciento en el tramo I y del 15.5 por ciento en el IV, tras nueve meses de haber iniciado la ampliación en agosto de 2023. Los tramos II y III aún están en espera.

Las labores de ampliación de la Pista Juan Pablo II se extenderán por 9.55 kilómetros y en un primer momento se indicó que tendrían un costo de 274 millones de dólares. La promesa de las autoridades era que el proyecto iniciaría en 2017.

Las primeras labores comenzaron hasta en 2019 con la demolición de las viviendas afectadas, y luego de 21 meses quedó varado, hasta desempolvar nuevamente el proyecto en agosto de 2023.