El régimen de Daniel Ortega una vez más no muestra voluntad ante la petición de organismos nacionales e internacionales que piden una prueba de vida de los más de 95 presos políticos que tiene en Nicaragua. La demanda es también para que permita atención médica de calidad a estas personas y se les mejore la alimentación.
Este 11 de octubre, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó medidas cautelares a favor de monseñor José Leonardo Urbina Rodríguez, párroco de una iglesia en Boaco. El religioso fue capturado el 13 de julio del 2022, desde entonces no se tienen noticias de él.
La CIDH dijo en un comunicado que ante la falta de acceso a atención médica para atender los padecimientos del sacerdote y la falta de información sobre las condiciones de reclusión actual, solicitó al “Estado de Nicaragua adoptar las medidas necesarias para proteger los derechos a la vida e integridad personal y salud de José Leonardo Urbina Rodríguez”.
Otra denuncia es sobre el caso de los comunicadores María Asunción Salgado y Salvador Paguagua, quienes colaboraban en el medio católico Radio Fé de Ocotal y fueron capturados de manera arbitraria por la policía al servicio del régimen de Daniel Ortega, el pasado 7 de octubre.
Desde esa fecha sus familiares no tienen noticias de los jóvenes. Presumen que fueron trasladados a Managua y vinculan su encarcelamiento con la nueva cacería de detenciones que ordenó Ortega contra laicos y sacerdotes de la iglesia católica.
Otros encarcelados son: Henrry Blass detenido en Masaya en septiembre pasado, fue condenado a 25 años de prisión por el supuesto delito de “terrorismo y ciberdelitos”; Douglas Castillo, de 63 años, capturado el 10 de octubre en Terrabona, Matagalpa, y Paola Lira secuestrada el 11 de octubre el Estelí.
En redes sociales organismos de la sociedad civil están lanzando campañas de alertas sobre la situación de las personas prisioneras, ya que Ortega y Rosario Murillo, una vez no atienden el llamado de la comunidad internacional de cesar la agresiones contra los derechos humanos de los nicaragüenses.
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Hasta ahora la dictadura de Daniel Ortega mantiene al menos 95 reos de conciencia en las cárceles de Nicaragua, de estos 13 son sacerdotes de la iglesia católica, institución con la que mantiene una guerra frontal.
