A partir del 1 de julio las tropas extranjeras, incluidas las rusas, ya tienen luz verde para ingresar a Nicaragua después que el pasado mes la Asamblea Nacional aprobó el intercambio de naves, aeronaves, y personal militar para “fines de intercambio y asistencia humanitaria de beneficio mutuo”.

De momento se desconoce si arribó al país la misión que concluiría sus ejercicios el 31 de diciembre de este año, pero si hay algo que está claro es que dicha decisión ha generado preocupación en la región, tal y como lo manifestó el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves.

Analistas coinciden por separado en que, aunque es una práctica común que realiza Nicaragua periódicamente, en el caso de las tropas rusas, no es oportuno en el contexto actual, marcado por la invasión de Rusia a Ucrania.

Aparte de eso, expertos cuestionan, por ejemplo: ¿Por qué Nicaragua busca en este momento apoyo del Ejército de Rusia? ¿Y cuál ha sido el apoyo del Kremlin a Managua?

Evan Ellis, profesor de estudios latinoamericanos en el Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos, comenta a la Voz de América que Nicaragua tiene una de las relaciones más fuertes con Rusia en América Latina y eso se remonta a los días en los que Daniel Ortega llegó al poder en 1979 como líder de la revolución sandinista y en aquel momento, después de Cuba, Ortega se impuso como otro actor clave del avance soviético en América Latina.