La historia de una mujer de una familia tradicionalista de Sutiaba.

Te presentamos la historia de una mujer emprendedora de la ciudad de León. Una dama que inició a los siete años ayudando a su madre en la venta de dulces tradicionales. Gloria Bárcenas (QEPD) inició esta tradición. Ahora su hija Reyna Isabel Bárcenas continúa la herencia comercial de su mamá que tiene más de cuarenta años.

Reyna Isabel Bárcenas se encuentra en el tramo de dulces ubicado en el mercado Central de la ciudad de León. Junto a su esposo Enenesio Enrique Núnez procrearon una hija, quien ahora estudia la carrera de Ingeniería en Sistemas en la Unan León.

Su esposo es su mano derecha, aprendió a elaborar los dulces, y desde entonces él junto a su hija se encargan de preparar la venta del día a día; es así como mantienen el negocio familiar.

Reyna es una mujer optimista y bien informada de los acontecimientos que marcan la ciudad de León. Es bachiller en ciencias y letras. No continuó sus estudios tras contraer matrimonio, luego vino su hija y debía ayudar a su mamá con los gastos de la casa.

“Siempre insto a los jóvenes a que estudien, se profesionalicen y aprendan sobre la gastronomía local y nacional”, dice Bárcenas.

“Recuerdo a mi madre quien me dijo nunca abandonara este negocio. Ella quiso que fuera yo quien estuviera al frente de la venta de dulces. Reconozco ha sido un medio de subsistencia para mi familia”, Refiere Reyna.

¿Cómo logró posesionarse en el mercado su mamá y ahora usted como una de las microempresas más prestigiosa de ventas de dulces tradicionales?

No es cuestión de suerte, más bien de trabajo, sacrificio, preparar el producto con calidad y encontrar formas para atender mejor al cliente, darle la prueba de los productos, aliñar un poquito de los dulces que no lleva, esas cosas nos han dado ese posicionamiento, expresó Reyna.

¿Qué aprendió de su mamá en este negocio?

“Aprendí a perseverar, poner buena cara a los malos tiempos, salir adelante en los tiempos de crisis, ser respetuosas con los clientes, hacer mejor cada día los productos, y sus buenas costumbres”, recuerda con melancolía.

¿Quiénes son determinantes para que siga adelante su microempresa?

“El recuerdo infinito de mi madre que hace dos años partió de este mundo, mi esposo, que ha sido pieza clave en esta microempresa familiar, a mi hija, a la cual me debo por entero”, expresó con voz suave y entrecortada.

¿Usted dice que desde la edad de siete años ayudo a su madre a trabajar?

Sí, me levantaba desde muy oscuro y luego ayudaba a mi madre que siempre tuvo el cuidado de mandarme a la escuela, hasta que me bachilleré, dijo en tono de orgullo, doña Reyna Isabel Bárcenas.

¿Qué ofrece de dulces tradicionales Gloria Bárcenas en memoria de su madre y de su hija, que llevan ese bonito nombre?

Como siempre, ayote en miel, gofio, piñonate, coyolitos, cajetas, entre otros productos tradicionales, reafirmó.

¿En algún momento ha deseado dejar de esta microempresa familiar?

No, lo que pasa que cuando tengo dolencias reumáticas en mis manos y pies, producto del trabajo, pienso, pero luego recapacito y reconozco que es el legado que me dejó mi madre y que ha servido para sacar adelante a mi familia.

¿Tienen mucha afluencia de compradores?

Si, aunque hay días que son de poca venta, pero otros de mayor, sobre todo en épocas de navidad, día de la purísima, es decir en días especiales, nos va mejor, apuntó Isabel.

¿Reciben muchos encargos?

Muchas veces, esto se debe a la fama de mi madre con sus dulces y a la calidad de los mismos, todavía hay clientes que vienen preguntando por el nombre de mi progenitora, pero igual ellos saben que su hija Reyna tiene la receta para elaborar los riquísimos dulces, y se carcajea.

¿Tiene algún mensaje para los pobladores de León?

Por supuesto, que vengan a comprar estos riquísimos dulces, que son únicos, no tenemos otro tramo, ni otros familiares que fabriquen los dulces con la originalidad de Dulces tradicionales Gloria, sonríe.

Por Catalino Leo Cárcamo.