Las hijas del preso político y gerente general del diario La Prensa, Juan Lorenzo Holmann Chamorro, solicitaron una llamada telefónica con su padre, en ocasión de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, tal y como la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo le ha permitido a otros hijos de presos políticos.

“Desde hace 500 días no he tenido ningún contacto con mi papá Juan Lorenzo detenido en El Chipote. No se nos ha permitido ni una sola llamada ni tampoco enviar ni recibir cartas. Esperamos que pronto podamos volver a escuchar tu voz” dijo Renata Holmann, la hija mayor de Juan Lorenzo y que vive en Estados Unidos.

Su otra hija, Camila Holmann, también se sumó a la solicitud de su hermana y dijo que “en esta época del año usualmente nos reunimos toda la familia y hemos sentido mucho el vacío y la ausencia de mi papá, por eso pedimos que se nos respete el derecho de tener una llamada con él, nos hace mucha falta”.

Juan Lorenzo Holmann Chamorro fue condenado a nueve años de prisión y a pagar una multa económica por la jueza Nadia Camila Tardencilla Rodríguez, titular del Juzgado Segundo de Distrito Penal de Managua, quien también inhabilitó a Holmann de ejercer su profesión, oficio o cargo, mientras cumpla con la condena en prisión.

La judicial también ordenó que “los bienes ocupados” el 13 de agosto de 2021 permanezcan bajo custodia. Ese día, la Policía asaltó la redacción del diario La Prensa y ocupó todo el edificio, así como la imprenta comercial y la rotativa con la cual se imprimía el periódico.

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La Policía dijo que hacía un allanamiento por la denuncia que había puesto La Prensa de que el papel periódico estaba retenido en aduanas, sin embargo, ese día los agentes de la policía, allanaron la redacción del diario y en la madrugada del 14 de agosto, se llevaron detenido a Juan Lorenzo Holmann.

Desde entonces, el gerente general de La Prensa permanece detenido. Su familia ha denunciado que padece problemas de salud y que está perdiendo la vista en uno de sus ojos por falta de tratamiento médico.

Semanas antes de ser detenido, Holmann había sido operado del corazón y debía hacerse unos chequeos médicos, a los cuales no pudo asistir porque fue convertido en preso político de Daniel Ortega.