Pedro Nolasco veía con preocupación que día a día los cautivos, no solo no disminuían, si no que su número se acrecentaba desmesuradamente, por ello busco en su fervorosa oración la inspiración divina para poder continuar la obra de Dios iniciada por él.

En ese punto y circunstancia, la noche del 1 de agosto de 1218, ocurrió la intervención especial de  María Santísima en la vida de Pedro Nolasco, quien en una experiencia personal mariana sorprendente, iluminó su inteligencia y movió su voluntad para que convirtiera su grupo de laicos redentores en una orden religiosa redentora.

El 10 de agosto de 1218, se constituyó oficialmente la Orden de Santa María de la Merced de la Redención de Cautivos, con toda solemnidad y notoriedad, en el altar mayor, erigido sobre la tumba de Santa Eulalia, de la Catedral de la Santa Cruz de Barcelona. La orden de la Merced se extendió por muchos lugares y desarrolló una obra enorme al servicio  del Evangelio y de la misión de la Iglesia, al amparo de nuestra Señora de la Merced.

El Escudo de la Orden de la Merced y su Significado

El escudo de la Merced es, sin duda, el elemento identificador más característico de la Orden. Allá por donde han pasado los mercedarios aparece, de una u otra forma, el escudo como signo de presencia mercedaria. Hay multitud de formas y expresiones artísticas del escudo, dependiendo en el momento en que los artistas lo han diseñado, pero en todos aparecen los elementos más significativos que lo componen. A lo largo de la historia el escudo mercedario ha sido presentado en mil formas y expresiones. Clásicos, modernos, vanguardistas, todos expresan el hondo sentir mercedario de compromiso por la libertad.