Vendedores ambulantes y comercios del popular balneario Pochomil mantienen igual sus ventas

Ante la alarma de una gran cantidad de peces muertos que aparecieron en las playas del occidente del país, los comerciantes de mariscos ambulantes en la zona costera de Pochomil y restaurantes aseguran que no les ha afectado sus ventas. 

“Aquí siempre está igual, aquí no hay nada de eso, las ventas están igual, siempre la gente consume sus pescados”, refirió Dayra Bermúdez, vendedora ambulante en la zona costera de Pochomil, donde lleva cinco años ofreciendo desde ceviches, huevos de paslama, coctel de camarón, coctel de conchas hasta vigorón.

Ella todos los días se moviliza en la zona El Madroñal, contiguo a esta popular playa, para ofrecer sus productos marisqueros y llevar el pan de cada día a su hogar. “El ceviche vale 50 córdobas, los cócteles a 70, vigorón 70 y a 120 la media docena de huevos, depende a como esté”, refirió.

Por su parte, una mesera del bar y restaurante Johana, ubicado en el Centro Turístico Pochomil, expresó bajo anonimato que sus ventas se mantienen iguales en días de semana y los fines de semana tienen más demanda, puesto que llegan las familias a pasar el día y consumen el producto recién hecho.  “Para nada han bajado las ventas, todo sigue igual gracias a Dios, más bien los invitamos a que nos visiten”, añadió. 

En este local un pescado mediano se cotiza en 350 córdobas, la sopa marinera cuesta 400, los tostones con queso 150 y el coctel de camarón lo puede degustar en 300 córdobas.

Previo a Semana Santa

En las playas de León, Poneloya y Las Peñitas, los lugareños y visitantes se mostraron alarmados recientemente ante la cantidad de pescados que hace dos días aparecieron muertos, puesto que ésto afecta las ventas tanto de los acopios, vendedores ambulantes y negocios que ofertan los productos del mar. Así mismo, por las repercusiones que estos puedan presentar en la salud de quienes consumen mariscos. 

Esta situación se da a pocas semanas de iniciarse la Semana Santa 2022, en la que los balnearios y comercios preparan sus campañas de verano.

El pescador Gustavo Rodríguez, de Las Peñitas, mostró preocupación en un canal local sobre esta situación. “A nosotros nos afecta este sinnúmero de pescados muertos en la playa Las Peñitas y en el brazo de mar, el agua se está descomponiendo, hay una maleza, eso nos puede traer consecuencias como enfermedades a los lugareños”, dijo.

Yohany López Salmerón, administrador del restaurante y coctelería El Chacalin en Managua, manifestó que esta situación no les ha afectado sus negocios y que sus proveedores son de Chinandega y Managua.

“Todo lo que es camarones y pargo blanco nos lo trae un proveedor de Chinandega, el pez hoja un proveedor de Managua, después tenemos otro proveedor que es para pulpo, calamar, conchas y realmente esa incidencia no afecta, por decirlo así, a nuestros negocios”, añadió.

¿Qué está pasando en León?

Una bióloga, que prefirió omitir su nombre, manifestó que generalmente en las zonas de manglares hay abundante materia orgánica, la que demanda mucho oxígeno para su descomposición siendo las bacterias las que realizan este proceso, agotando el oxígeno del medio y liberando gases tóxicos. “Además en la zona de manglar cuando las olas rompen en los depósitos de materia orgánica se liberan estos gases: metano, sulfuro de hidrógeno y ácido sulfhídrico, produciendo en el agua un olor a huevo podrido, ésto ocurre por la descomposición de la materia orgánica a partir de las bacterias. Durante este proceso hay mucha demanda de oxígeno y los peces y otros organismos son los principales en padecer al punto de morir”, explicó la científica.

El doctor Evenor Martínez González, especialista en acuicultura y miembro del Observatorio de Fenómenos Naturales (Ofena), expresó que recientemente se presentó una situación de mortandad de peces en las playas de Poneloya – Las Peñitas, en un tramo de unos 300 metros. Esto ocurrió al amanecer del 7 y 8 de marzo del año 2022.

Menciona que entre las evidencias observadas por lugareños estuvieron el color café de las aguas, en forma de franja detrás de donde rompen las olas; fuerte olor a azufre o al olor que emana de los manglares, gran cantidad de peces muertos en una franja definida del litoral costero entre Las Peñitas y Poneloya. El fenómeno se presentó entre montículos de rocas ubicados frente a la plazoleta de Poneloya.

“Este fenómeno apareció durante la marea más alta de la luna nueva del 7 de marzo, que a su vez provoca la marea más baja de esa luna. Esta situación, aunada con los depósitos de materia orgánica, limos y arcillas provenientes del continente y acarreadas por escorrentías superficiales, más los flujos y reflujos del estero de Las Peñitas, isla Juan Venado. Estos depósitos llamados “campos nodrizas” son normales que se establezcan en algunos lugares protegidos entre los 0 a 100 metros de profundidad”, refirió.

Estos campos nodrizas son un caldo de reacciones bioquímicas de materia orgánica transformándose en materia inorgánica y liberando una serie de gases. Entre los gases más importantes están los ácidos sulfhídricos, que al contacto con el agua se transforman en ácido sulfúrico. “Estos gases normalmente se encuentran en grandes burbujas dentro del Cieno Marino o Campo Nodriza”, añadió el especialista.

El acuicultor explicó a este medio que cuando las ondas de las olas alcanzan esas burbujas las rompen y se lleva a cabo la formación de compuestos químicos  que afectan gravemente a los animales que viven asociados a estos campos nodrizas, causándoles la muerte. “Este fenómeno es puntual, no periódico. Es similar al producido en el lago de Nicaragua cuando las embarcaciones rompen bolsas de gases acumulados en los lodos del fondo del lago”.

¿Por qué no es marea roja?. El especialista, en este caso, manifiesta que este fenómeno no es “marea roja” porque las aguas no bajaron de temperatura a cerca de 25°C o menos, que es un disparador de marea roja; el período donde se dio el fenómeno fue de un solo día; con la marea roja el efecto es más prolongado. “Este fenómeno causa en los peces afecciones en ojos y branquias, es decir, tejidos expuestos al agua. No afecta ni musculatura, ni sistema digestivo del pez”, concluyó la explicación el experto en peces.