Los comicios municipales en Nicaragua carecen de toda credibilidad, aduce en un análisis Kitty Monterrey, representante legal del partido político Ciudadanos por la Libertad (CxL) a quien el régimen de Daniel Ortega le quitó la personería jurídica.
De acuerdo al escrito de Monterrey el actual proceso electoral carece de toda credibilidad, no sólo por la falta de idoneidad del sistema electoral y de quienes lo administran, sino por la exclusión política de la oposición y la absoluta falta de libertades dentro del país.
Dentro de las arbitrariedades del proceso están que El Consejo Supremo Electoral continúa ejerciendo de forma discrecional sus facultades en las principales actividades del proceso en cuanto a tiempo y forma, lo cual atenta contra la seguridad jurídica y la transparencia electoral, menciona Kitty.
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“El Calendario Electoral no establece fecha para emisión de ningún Reglamento, con excepción del Reglamento de Ética Electoral, por lo cual los demás reglamentos seguirán siendo publicados cuando el CSE lo tenga a bien durante el proceso y no junto con la Convocatoria a Elecciones como correspondería- atentando contra la seguridad jurídica y obstaculizando la capacitación de fiscales”, agrega.
Otra de las irregularidades del proceso electoral según Kitty es que por un afán de ocultar la escasa participación ciudadana, que en las votaciones de noviembre 2021 rondó el 15% de los inscritos, en la reforma electoral se aumentó de 400 a 600 el número máximo de electores por Junta Receptora de Votos (Arto. 22 LE), eliminando así la tercera parte de las mesas electorales.
El análisis también hace énfasis que las elecciones en vez de ser una fiesta cívica, se han convertido en motivo de temor y pretexto para mayor represión para los nicaragüenses.
No obstante Monterrey asegura que estos hechos no debe apartar a los nicaragüenses de su convicción sobre la realización de elecciones libres, transparentes, competitivas y observadas lo que es un elemento indispensable para que se pueda nuevamente vivir en libertad y democracia, siendo gobernados por autoridades legítimas, que se deban a la voluntad popular.
Monterrey en su análisis concluye que en el proceso electoral municipal de 2022, el CSE ha emitido, al igual que en procesos electorales anteriores, un Calendario Electoral incompleto, con el agravante que en la última reforma electoral los plazos para nombramiento de estructuras electorales y campaña electoral se reducen drásticamente.
De tal manera que para Kitty si estas fuesen unas elecciones verdaderas, el Calendario Electoral no garantizaría la transparencia del proceso ni los derechos de los partidos opositores.