Cada 12 de octubre se celebra el día de la Resistencia Indígena Negra y Popular, mejor conocida como el Día de la Raza, con el fin de visibilizar la naturaleza multiétnica y como una manera de recordar el inicio de la lucha de los pueblos indígenas contra la dominación colonial y lograr así la reivindicación de sus derechos ancestrales.

En Nicaragua esta fecha está marcada bajo un contexto histórico de amenazas y desafíos que continúan ejerciendo los pueblos indígenas por la conservación de sus tierras en sus territorios, ya que la lucha ahora es contra el régimen de Daniel ortega, quien ha politizado esta conmemoración, mientras las comunidades indígenas sufren invasión de colonos y las autoridades no les brindan ningún tipo de acompañamiento y ni siquiera les recepcionan las denuncias, ante las agresiones que reciben.

Aunque hoy en día la resistencia no se da en contexto de una guerra civil, se debe mencionar la zozobra que viven los pueblos de las comunidades indígenas ante la invasión de colonos que quieren apropiarse de sus tierras, es decir, que la batalla de la población continua con la demanda de justicia, restitución de sus derechos y la no discriminación racial, así como la exigencia por el cuido de la madre tierra.

Celebrar este día no es solamente vestirse de indígena y elaborar comidas en las escuelas y colegios, tal y como lo ordena el dictador Daniel Ortega, es también enseñar y educar a los estudiantes sobre la importancia de esta fecha y la relevancia que tiene para los nicaragüenses, sin tener que adoctrinar esta efeméride.

Si bien es cierto, el Estado nicaragüense reconoce que existen los pueblos indígenas, no muestra interés por garantizar a los indígenas los derechos establecidos en la Constitución Política de Nicaragua, más bien se le ha impedido obtener sus propias maneras de organización social y poder administrar sus asuntos comunitarios en lo que ponen en práctica su propia cultura y costumbre que les permite continuar con su identidad.

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Hay que mencionar que desde que Ortega regresó al poder en el año 2007 comenzó una guerra frontal contra los indígenas, pues lo manda a encarcelar y otros son asesinados. Las mujeres y niñas son victimas de abuso sexual, de acuerdo a las denuncias de organizaciones de la sociedad civil.

Un informe del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM), presentado en mayo de este 2023, reveló que desde el año 2015 hasta este 2023 han sido asesinados unos 60 indígenas y que al menos 3,000 comunitarios miskitos y mayagnas han salido al exilio.