De estar en una cabina radiofónica difundiendo información, pasó a una estufa humeante, anunciando la venta de su fritanga. Así es la historia de una periodista nicaragüense no oficialista, a quien solo quiere que la identifiquen como “Carol”, por temor a represalias. Aunque asegura que todo trabajo honrado dignifica al ser humano, considera que su lugar debería ser ejerciendo su mayor pasión: el periodismo, pero por la situación actual que viven los comunicadores independientes marginados por Ortega en Nicaragua, le toca rebuscarse la vida de otra manera.

“Te digo una cosa: si antes del 2018, ya era difícil poder sufragar nuestros gastos con unos salarios que daban lástima, pues durante la pandemia fue peor, incluso hubo despidos. Ahora, lo que nos terminó de matar fue la represión del Estado de Nicaragua contra los periodistas independientes. En este país los comunicadores tenemos que reinventarnos para poder mantener a nuestras familias” , expresó “Carol” a Darío Medios Internacional.

Y es que desde que esta periodista dejó los micrófonos de la emisora donde laboraba, se ha dedicado a limpiar casas, ofrecer productos cosméticos, hacer pastelitos por encargos, hasta vender fritangas. A pesar de todas sus vicisitudes, asegura que sigue siendo una crítica abierta contra las políticas del Gobierno Ortega- Murillo, y eso la ha condenado a no poder ejercer su profesión libremente.

“Sería una burla que el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, feliciten al gremio en el Día Nacional del Periodista, después de todo el odio con que nos ha cargado. Este día es triste para muchos de mis colegas, porque no tenemos esa libertad de informar, fiscalizar, denunciar al poder de turno”, lamentó.

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Negocios y subempleo crecen por falta de empleos formales en Nicaragua | Foto tomada de La Prensa

“Juan” es el segundo periodista consultado, quien hace algunos años trabajó en televisión y radio, asegura estar muy enfermo con problemas de diabetes y la presión, sumado a que sus medicinas son muy costosas. En la actualidad no tiene trabajo como profesional de la comunicación, por lo que se mantiene con la venta de verduras en su casa y de vez en cuando lo buscan para hacer viajes como conductor.

“En Nicaragua a muchos periodistas pareciera que nos han abandonado, principalmente a los viejos periodistas, vos te imaginas lo difícil que sería para un periodista independiente quererse jubilar con este Gobierno. He buscado ayuda para poder solventar los gastos de mi enfermedad y de mi casa, he tocado puertas, pero se me ha hecho difícil, y me han rechazado en algunas empresas, solo por mi nombre y ser un periodista independiente, realmente es triste la situación del gremio en Nicaragua”, lamenta.

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Para ambos comunicadores, este primero de marzo, Día Nacional del Periodista, no es motivo para celebrar, pues tienen hijos a quienes mantener, y a diario tienen que rebuscar el sustento. No se atreven siquiera a buscar empleos en los medios de comunicación oficialistas porque, en primer lugar, aseguran estar en “lista negra” y eso iría en contra de su ética periodística, por la política de adulación que ejercen estos medios y la cero fiscalización al actual Gobierno.

“Y en la empresa privada hay pocos espacios, y cuando ven mi nombre, prefiero descartarme de una vez, para evitarse problemas con el régimen orteguista, entonces por dónde la busquemos estamos mal. Este ha sido, si no mal recuerdo, el peor período de gobierno que ha vivido el gremio periodístico en Nicaragua, ni siquiera los oficialistas están bien, pero ni modo”, expuso “Juan”.

En tanto “Carol” ciñe sus esperanzas en que tarde o temprano se vuelva a ejercer el periodismo libre y pleno en Nicaragua, “e informar la verdad, sin aquel temor de que te lleguen a sacar de una cabina o de la sala de redacción. Me pueden llamar ilusa, pero tengo la fe que en algún momento nuestros nombres salgan a luz como miembros de un medio de comunicación y que nuestras notas no incomoden al Gobierno de turno, porque el periodista no está para caer bien a ningún funcionario, sino que debemos de informar las irregularidades e injusticias”, puntualizó.

En Nicaragua, hasta el momento hay un periodista encarcelado por ejercer su labor, además de centenares que se encuentran en el desempleo, y según el observatorio de Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN), unos 224 reporteros se han exiliado de este país centroamericano a raíz de la crisis sociopolítica que estalló en 2018.