178 años se dicen fácil pero se viven intensos. La cabecera departamental, Chinandega, celebra un año más desde su fundación.

Es una ciudad que se levantó de las cenizas en 1926 durante la guerra civil, resurgió como el fénix también durante enfrentamientos en 1978 y altiva la encuentran ante adversidades naturales.

La celebración ha incluido una feria popular del pan que se llevó a cabo ayer viernes y en la que participaron 45 panificadores que expusieron una amplia variedad de productos.

Durante esta feria un equipo de 15 personas elaboró un pastel gigante en forma de cono, con el que recrearon al Volcán San Cristóbal y a su compañero inseparable cerro El Chonco.

Los reposteros que participaron en la elaboración de tan hermosa obra, detallaron que el pastel pesaba cerca de 400 libras y tras ser admirado fue degustado por centenares de chinandeganos.

Este 02 de septiembre, una alegre diana recorrió una buena parte de los barrios de la ciudad, anunciado que están de fiesta. La música de filarmónicos levanta el espíritu de la población, acompañando cada una de las celebraciones populares de una de las tierras más cálidas de este país.

El acto solemne de Conmemoración del aniversario se llevó a cabo la mañana de este sábado en el auditorio de la Antigua Estación.

Allí, cuatro personajes recibieron la distinción de Hijos Dilectos de Chinandega.

Una de las condecoradas fue María Elsa Noruega, docente retirada con 40 años de labor docente; Erlinda Baca, con 80 años de edad se dedicó toda su vida a la venta de dulces ; Julio Ramón Hernández, vendedor ambulante de raspados en las afueras del Instituto Nacional Miguel Ángel Ortez; y el artista local Félix Perez, “El Hawai” destacado músico.

A 178 años de haber sido elevada a ciudad, el municipio de Chinandega aún enfrenta grandes retos, entre ellos alcanzar el anhelado reordenamiento de sus mercados, una de las demandas más sensiblesg de la población.

Kathia Reyes.