Comenzando porque el zar de la aplicación de chat, Telegram, el ruso Pavel Dúrov ha huido a Dubái. Esa es parte de la oscura historia del creador de esta aplicación que por su seguridad de cifrados es la preferida por delincuentes y terroristas.

Más de 900 millones de móviles la llevan instaladas, por eso es una de las aplicaciones más populares del mundo. A su creador le llaman el “El Zuckerberg ruso”, luego de fundar, en 2006, VKontakte, un clon en cirílico de Facebook. No obstante su máxima creación fue: la aplicación de mensajería instantánea Telegram.

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Seguridad en los cifrados

No en balde millones de usuarios se han pasado de WhatsApp a Telegram al estar convencido de su inviolabilidad; entre ellos, conspiranoicos, por ejemplo simpatizantes de la extrema derecha, traficantes de droga, estafadores… A través de sus chats, de hecho, se planifican y cometen delitos a la vista de todo el mundo. Por eso se dice que Telegram se ha convertido en una darknet (red oscura) de bolsillo.

Cuando hay denuncias de delitos hechos a través de esta app, las autoridades de todo el mundo recurren sin ninguna esperanza porque la plataforma de Dúrov les niega el acceso a los datos de sus usuarios. El empresario ruso ha tejido alrededor de su compañía una intrincada red de empresas que dificulta el proceso.

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Telegram, preferida por delincuentes por su seguridad 2

Y es que muchas de estas empresas están registradas en lugares como islas Vírgenes y Belice. «No soy un gran amigo del concepto de país», declaró en 2014 a The New York Times. «Actualmente, no hemos entregado ni un solo byte de datos de usuarios a terceros, incluidos gobiernos», asegura la web de la compañía.

Información libre

El multimillonario ruso concibe a Telegram como un instrumento que permita compartir información libremente al mayor número de personas. «Se ve a sí mismo como el ingeniero de su propio universo», dice Nikolay Kononov, autor de un libro sobre él.

Telegram ofrece funciones que destacan por su usabilidad y que a menudo llegan antes y son mejores que las de sus competidores, como los stickers. También ofreció mucho antes que WhatsApp un cifrado especialmente seguro, lo que le valió la triste fama de ser la app de los terroristas de ISSI.

En su crecimiento han sido esenciales las funciones de grupos y canales. En los primeros pueden chatear hasta 200.000 personas a la vez (256 es el máximo en WhatsApp), y los canales permiten a sus gestores enviar mensajes a un número ilimitado de suscriptores.