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Juan Gregorio Rocha Romero se mostró frívolo en la primera audiencia donde se le acusó de los delitos de secuestro simple y asesinato, en detrimento de Vilma Trujillo. En sus declaraciones no retrocedió sobre el ritual que lo llevó a quemar en una fogata a Trujillo García.“ Ayunábamos, porque Vilma no tenía una enfermedad, sino que tenía dentro de ella al demonio; ella lo decía, un demonio: una serpiente y un zopilote”, dijo el hombre que no es pastor evangélico, según la superintendencia de Iglesias de Dios en Nicaragua.

En el expediente judicial de Juan Gregorio Rocha se destaca que haciéndose pasar como pastor de la Iglesia, visitó a la víctima y la trasladó hacia la Iglesia Visión Celestial de las Asambleas de Dios, y congregó a otros miembros para retener a la víctima en la Iglesia, contra su voluntad, amarrándola de las manos y los pies, neutralizándola completamente. En esas circunstancias la mantuvieron inmovilizada desde el 15 al 21 de febrero.

“Los culpados inmovilizaron a la víctima con el propósito de privarla de la vida, quemándola viva y para ello se distribuyeron funciones, el acusado Juan Gregorio Rocha le hacía creer a los feligreses de la Iglesia que la víctima estaba poseída por el demonio e iba a convocar a oración y ayuno para que Dios revelara cómo curarla”, dijo la judicial que lleva en el caso en Managua.