El año pasado el Ministro de Seguridad y Justicia de El Salvador, Gustavo Villatoro, dio a conocer mediante un comunicado  que la Policía había circulado al nicaragüense Alexander Vladimir Hernández, a quien calificó de  miembro  peligroso  de la MS-13  y aseguró que presumiblemente había huido hacia Nicaragua.

El alto funcionario dijo sin precisar nombres que agentes de la Policía había capturado a la cónyuge, suegra y otros familiares de Alexander Vladimir, y que a su pareja le habían ocupado treinta y cinco mil dólares,  presuntamente provenientes de las actividades de extorsión a comunitarios.

Villatoro afirmó que el cabecilla de  la MS-13 y sus colaboradores  imponían a los habitantes de comunidades rurales de El Salvador, impuestos de “guerra” para garantizar su integridad física realizar sus actividades cotidianas.

Está semana el nicaragüense Alexander Vladimir Hernández y sus camaradas intentaban escapar y pretendían huir simulando que trasladaban un cadáver dentro de un ataúd en un vehículo desde El Salvador a Nicaragua.

Un retén de la Policía se advirtió de la acción de los pandilleros y requisó el automotor, encontrando dentro de la caja funeraria a Alexander Vladimir Hernández, que era buscado por la institución policial desde hace meses y procedieron a capturarlo junto con sus acólitos Walter Yubine Zelaya y Rafael Alexander Juárez, todos miembros de la MS -13.

Te puede interesar:

La Policía de El Salvador trasladó a los tres supuestos miembros activos de la MS -13 a celdas de seguridad y los puso a la orden de las autoridades judiciales.

Desde la puesta en marcha del régimen de excepción aprobada por la Asamblea Nacional a petición del mandatario Nayib Bukele, la Policía ha capturado a    50.000 presuntos pandilleros capturados desde finales de marzo en el marco de la guerra contra las pandillas.

La Asamblea Legislativa salvadoreña acaba de prorrogar por quinta vez el régimen de excepción que enmarca estas capturas y limita los derechos en el país.

Según el gobierno de Bukele con la medida presidencial ha logrado sacar de las calles a decenas de miles de terroristas que mantenían acorralados a los habitantes de ese país.

Nayib Bukele dijo que mediante el régimen de excepción ha podido establecer  meses de relativa calma y que los  niveles de violencia en las calles  y  los  asesinatos han disminuido.

Aunque opositores a la administración de Bukele y organizaciones de derechos humanos internacionales cuestionan el estado de excepción impuesto por las autoridades salvadoreñas porque violenta los derechos humanos de las habitantes.

Bukele ha reaccionado a las críticas de la oposición y de los Organismos de derechos humanos, diciendo que no le importa sus condenas y que lo que le interesa es mantener la seguridad ciudadana en El Salvador.