Defensores de derechos humanos y opositores señalan de maquillaje y montaje la tercera exhibición fotográfica que hiciera el régimen de Daniel Ortega de monseñor Rolando Álvarez.

En las imágenes publicadas la noche del martes, dos de enero, a través de los medios de la propaganda gubernamental —que aseguraron una vez más que está en buenas condiciones de salud—, se logró ver al prelado con evidente pérdida de peso y rodeado de dos agentes policiales.

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El nuevo escenario montado por el régimen Ortega y Murillo es calificado por el abogado y exfuncionario del Poder Judicial Yader Morazán cómo un show, afirmando que las imágenes publicadas de monseñor Álvarez confirman una vez más el Estado policiaco que se ha venido denunciando que sufren los presos políticos.

La afirmación anterior, el jurista la justificó asegurando que el religioso ya fue condenado, «y en esta etapa procesal la Policía no tiene nada que ver con él».

«En todo caso le corresponde a las autoridades del sistema penitenciario y a la jueza de ejecución de sentencia y vigilancia penitenciaria visitarlo según la ley, pero no a los emisarios que se le antoje al régimen para consumar su show», explicó el abogado.

Ortega intenta maquillar la salutación de monseñor Álvarez

Por su parte, la abogada defensora de derechos humanos Yonarqui Martínez dijo a Darío Medios Internacional que lo que ha motivado a la administración Ortega-Murillo a exhibir fotografías de monseñor Álvarez se debe a la constante denuncia nacional e internacional.

No obstante, Martínez hizo hincapié que la situación del prelado no es un caso común, «porque no a todos los presos políticos o privados de libertad se les hace es mismo procedimiento».

Ortega intenta «maquillar» la verdadera situación de monseñor Álvarez, aseguran expertos. Foto: Darío Medios / Gobierno
Ortega intenta «maquillar» la verdadera situación de monseñor Álvarez, aseguran expertos. Foto: Darío Medios / Gobierno

«Esta situación es extremadamente única y violenta el estado del reo porque todo privado de libertad tiene sus derechos (…) y estos no deben ser vistos como un privilegio», remarcó.

Asimismo enfatizó que a monseñor Álvarez no se le está tratando como un reo normal, sino que está siendo violentado y maltraído, «porque mantener a una persona inocente en una celda de máxima seguridad y luego afirmar que está en buenas condiciones, está reflejando a un Estado violentado de derechos que a toda costa quiere maquillar las condiciones de monseñor».

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Para poder ser creíble la versión del la dictadura de Nicaragua, la abogada dijo que se debe de permitir el ingreso de organismo de derechos humanos y que dejen en libertad al religioso, al igual que a todos los presos políticos.

Otro en criticar «el montaje» de Álvarez fue el exembajador de Nicaragua ante la OEA, Arturo McFields, quien aseguró que en el intento de «disfrazar» la situación del religioso, «la dictadura le quitó el traje de reo y lo obligaron a vestirse de rosado para mostrar “amor” y “trato especial”. Otra burda puesta en escena».

Régimen divulga fotos de monseñor Álvarez por tercera vez en más de 500 días detenido ilegalmente
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Mientras que la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) indicó que las fotografías de monseñor Álvarez evidencian de la pérdida de peso «que ha sufrido en esa injusta prisión».

«Monseñor Álvarez, su amor por Nicaragua es un regalo para nuestra nación. Continuaremos luchando a su lado por justicia y libertad», agregó la organización estudiantil.

Desde su cautiverio en el Sistema Penitenciario de varones Jorge Navarro, en Tipitapa, el Gobierno de Daniel Ortega ha permitido solo en tres ocasiones que monseñor Álvarez sea visto en fotografías y vídeos; la primera fue el 25 de marzo y la segunda el 28 de noviembre del 2023, en todas, la dictadura ha negado que al jerarca se le esté violentando sus derechos.

El 10 de febrero del año pasado, Álvarez, fuerte crítico del orteguismo, fue condenado a 26 años de prisión más la pérdida de su nacionalidad, por el supuesto delito de traición y conspiración a la patria. Esta arremetida se originó luego, que el nueve del mismo mes, el obispo se negó a ser desterrado a Estados Unidos, junto a otros 222 exreos políticos.