Con la voz entrecortada y lágrimas en sus ojos, el comentarista político Jaime Arellano recordó a su amigo Michael Healy por su forma contundente de enfrentar al régimen Ortega-Murillo y su trayectoria empresarial en Nicaragua.

Está es la primera vez que Arellano rompe el silencio y brinda su primera entrevista en vivo después del destierro, en homenaje a su amigo Michael Healy, quien muriera este 25 de enero enero de un infarto mientras se disponía a buscar trabajo en Panamá.

“Healy era un amigo y recuerdo que me dijo que me quería mucho”, expresó un apesadumbrado Arellano en exclusiva a Darío Medios.

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Según Arellano, Healy no solo destacó por su participación política en 2018, cuando explotó el descontento social contra Daniel Ortega y Rosario Murillo, sino que se le recuerda por su constante trabajo en pro de la economía agroindustrial a través de Upanic.

El comentarista político también recordó las anécdotas cuando se encontraron en el avión hacia la libertad de los 222 desterrados y expresos políticos, “lloramos juntos en el avión y Healy sufrió mucho su estadía en la cárcel y perdió peso”, dijo.

Para Arellano, la muerte de Michael debe servir para hacer reflexionar a la oposición, y aconseja a la no división entre entre opositores con el fin de ver resultados diferentes y de esta forma lograr verdaderos cambios para Nicaragua.

“Una muerte inesperada”

El empresario y excarcelado político nicaragüense Michael Healy falleció este 25 de enero en Ciudad de Panamá a los 61 años, donde iba a empezar un nuevo trabajo, según informaron familiares y amigos.

Healy fue el último presidente del confiscado Cosep y fue encarcelado el 21 de octubre de 2021 y desterrado a USA el 9 de febrero de 2023 por el régimen sandinista.

A la familia de Healy le angustió comprobar cuánto peso había perdido en la cárcel, aunque les reconfortaba encontrarlo de buen ánimo.

Durante algunos meses, compartió celda con José Adán Aguerri. Y tras la confiscación de sus propiedades, su captura y encierro en prisión, y la condena ordenada por la justicia orteguista, Healy tuvo que sumar un golpe más: no poder dar sepultura a su madre en el cementerio familiar, donde descansan otros parientes, entre ellos su padre y abuelo, además de una hermana, y varios tíos.

El régimen le impuso a Healy 13 años de prisión junto al empresario Álvaro Vargas, quien fue condenado a nueve años, por los delitos políticos “de lavado de dinero, bienes y activos en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense y realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación”.

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El inesperado deceso de Healy ha conmovido a los opositores nicaragüenses exiliados en Estados Unidos y Costa Rica. El empresario era uno de los críticos más visibles de la pareja presidencial, debido a que fue el último presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep).

Healy fue uno de los empresarios más perseguidos por el régimen. Primero le confiscaron propiedades de su familia. Una finca ubicada en el departamento de Rivas, situado al sur de Nicaragua. Un grupo de hombres armados le confiscaron 200 manzanas de tierra que se ocupaban para la siembra de caña de azúcar y plátano. Las fincas se llaman Santa Lucía, Zopilote y Chatilla, donde además se encuentra un cementerio de la familia de Healy.