Costa Rica, conocida popularmente como la Suiza centroamericana, estaría experimentado su peor racha en lo que a inseguridad, violencia y alto índice de criminalidad respecta.
La belleza de su naturaleza de la Suiza centroamericana contrasta con el panorama de muertes violentas a mano de grupos al margen de la ley que desde hace años han venido sembrando el pánico en el país, tiñendo así de sangre el ambiente de tranquilidad que antes se respiraba.
Es más, el medio mexicano El Universal señaló la semana pasada, que el propio gobierno de Costa Rica o mejor dicho la Suiza centroamericana y otras autoridades políticas de alto nivel estarían involucrados con grupos narcos, esto, para dejar pasar la droga hacia Estados Unidos.
Esta situación en la Suiza centroamericana ha venido poniendo en la cuerda floja a la seguridad del país de la “pura vida”, pues con la presencia de narcos y otros delincuentes de alta peligrosidad, las muertes violentas en la vía pública y a plena luz del día, se han vuelto parte de la rutina diaria los costarricenses, cada vez más temerosos de que el país se convierta en un verdadero refugio de criminales y foco de violencia en la región.
“Datos que dan miedo” de Suiza Centroamericana
Al cerrar el primer semestre del 2023, la Suiza centroamericana registró 125 homicidios más que en igual periodo del año precedente.
Datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) señalan que en el primer semestre de este 2023 fueron registrados 430 asesinatos, mientras que en los primeros seis meses del 2022 fueron 305 casos.
Precisan las estadísticas que la capital es la provincia con más homicidios; pero, existe un crecimiento importante de hechos violentos en zonas costeras y turísticas como la caribeña Limón, Puntarenas en el sureste y la norteña Guanacaste.
A juicio de expertos, la mayoría de los asesinatos en la Suiza centroamericana obedecen a ajustes de cuentas por drogas, sucesos que han dejado víctimas inocentes.
A fines de mayo, el presidente Rodrigo Chaves, firmó la Ley contra la delincuencia organizada, destinada a combatir los altos índices de criminalidad que enfrenta el país.
La reforma es una de las cinco iniciativas legales que buscan combatir esta situación, que en 2022 contabilizó 657 asesinatos con una tasa de 12,6 por 100 mil habitantes, estadísticas que baten récords.
“La criminalidad perjudica la economía costarricense”
Al respecto, DaríoMedios Internacional entrevistó al economista Luis Olivares, quien considera lo siguiente:
1. US$1.345.81 millones de dólares o 3.57% como proporción del PIB, es el costo económico del crimen en Costa Rica.
Y si bien existen pocos estudios sobre este tema, este dato proviene del informe “Costo Económico del Delito” de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Además, según un análisis del Colegio de Ciencias Económicas de Costa Rica, la pobreza y la escasez de oportunidades de empleo fue un factor determinante en los cantones del país que sufrieron un incremento sostenido en la tasa de homicidios de la última década.
“Debemos entender que las malas condiciones de vida a las que se enfrentan los habitantes permiten la entrada del narcotráfico y del crimen organizado, que conducen eventualmente a la violencia. Estos cantones necesitan una política robusta de educación, generación de empleo y asistencia social”, señalo Ennio Rodríguez, presidente de dicho Colegio.
Para la investigadora de la Universidad Nacional, Claudia Palma, las personas que se insertan en esta dinámica del tráfico no son las más pobres del país, sino las provenientes de las condiciones más desiguales en el acceso a la educación y el trabajo.
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“Es un grupo de personas, cada vez más jóvenes, que encuentran en la dinámica del tráfico, una forma de suplir las necesidades insatisfechas que el sistema les demanda; un espacio de reconocimiento y poder, y una forma de emular una cultura de las narconovelas, que no podemos negar su influencia en las formas de entender y representar el mundo”, indicó Palma.
Lo cierto es, que Costa Rica o la Suiza Centroamericana dejó de ser ese remanso de paz, para convertirse en un paraje intranquilo, donde sus habitantes exigen mano dura a la delincuencia por parte de las autoridades, y de esa forma se restablezca la ley y el orden en la nación.
