Yadira Córdoba es la madre de Orlandito Córdoba, un adolescente de 15 años que fue asesinado el 30 de mayo del 2018, en la marcha dedicada a las madres de abril. Madres que también habían perdido a sus hijos en las protestas antigubernamentales en Nicaragua.

Yadira cumplirá 4 años de no encontrar justicia para su hijo, para “su niño” como le decía.

En la entrevista dominical con Radio Darío, doña Yadira se muestra ante la cámara, un retrato de su hijo al lado izquierdo la acompaña.

Le tocó exiliarse en los Estados Unidos, donde “gracias a Dios”, asegura encontró techo y alimento. Relata entre otras cosas, como extraña Orlandito Córdoba a quien le arrebataron su gran sueño de ser un futbolista.

Doña Yadira ¿Si recuerda la última plática con su hijo Orlando Córdoba? ¿De qué hablaron?

Hablamos referente a la situación sociopolítica de Nicaragua. El 30 de mayo del 2018 las madres no estaban celebrando nada porque habían asesinado a sus hijos. En la mañana yo desayuné con él y me dijo, mamá vamos a la marcha a apoyar a las madres de abril que hoy no tienen nada que celebrar. Me iré a la tumba y jamás voy a olvidar que él tenía ese dolor de las madres de abril, ir en solidaridad a la madres y yo le respondí a él, sí porque si de alguna manera a uno de ustedes me los hubiesen asesinado, yo también no tendría nada que celebrar, sin saber que ese día, él iba a ser uno más de las víctimas.

Con 15 años de edad ¿A qué aspiraba su hijo, cuáles eran sus sueños?

Las aspiraciones de Orlandito era llegar a ser un gran futbolista, llegar a España, recuerdo que él me decía, ya usted sentada allí al frente donde yo esté jugando, ese era uno de los grandes sueños que la dictadura le truncó.  Y el otro sueño era llegar a ser un gran baterista, ese sí lo logró porque a la edad de 4 añitos, él mostró el talento que Dios le dio en tocar la batería y una ONG llamada compasión le patrocinó para que él fuera a estudiar a una academia de música y cuando él estuvo bien preparado, el pastor lo nombró en el baterista de la iglesia, eso si él pudo lograrlo, era su pasión, él no se perdía ningún culto, ningún ensayo, él le fascinaba adorar a Dios, yo me acuerdo que él me decía después que terminaba cada servicio, “mamá yo sentí que esta alabanza llegó hasta el trono de Dios”, porque él tocaba con una alegría, con una sonrisa, esos son los lindos recuerdos que yo tengo de mi hijo, era un niño bien amable, bien risueño. Me robaron ese placer de ver a mi hijo realizado como un futbolista.

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De las tantas cosas que su memoria guarda de su hijo ¿Qué es lo que más extraña de Orlandito?

Cuando yo lloro, yo lo recuerdo, porque a él no le gustaba verme llorar, él buscaba como distraerme, hacer piruetas para que yo me riera y me decía no esté triste, a él no le gustaba verme triste, pero lamentablemente cuando recuerdo eso a mí duele y mis lágrimas nunca paran, siempre lo recuerdo, siempre anhelo a mi hijo, por eso esté donde esté siempre alzaré mi voz y seguiré exigiendo justicia por el asesinato de mi hijo, porque mi hijo era un niño sano, un niño de casa, sólo por querer apoyar a las madres de abril me lo asesinaron y fue asesinado dos veces porque a Orlandito le dieron el balazo frente al estadio, frente a la UNI y llegó al hospital vivo y en el hospital no quisieron darle la atención adecuada.

¿Cómo se describe una madre a la que le asesinaron un hijo y que aún no encuentra justicia?

Para mí la justicia es que no debe haber en Nicaragua un partido político con las siglas del FSLN, porque ese no es un partido político, es una organización asesina que ha traído mucho luto y dolor al pueblo de Nicaragua, porque yo en ningún lado soy feliz, esté donde esté siempre llega el mal recuerdo de mi hijo.

Debo hacerle la misma pregunta que hice a la señora Susana López, a quien le asesinaron a su hijo también. Un editorial del diario La Prensa invita a normalizar la vida social y política de Nicaragua ¿Qué reflexión le ocasiona este llamado?

¿Cómo puede ser posible? Es una burla, por ejemplo en mi pensar y en mi sentir, es una burla que los asesinos estén gobernando Nicaragua y eso no es justicia, cómo puede haber normalidad, si el dolor de nosotras las madres siempre está vivo, nosotras somos víctimas directas de este régimen, tiene secuestrada a Nicaragua, Cuántos presos políticos hay, esas madres también sufren que los están torturando, simplemente por no estar de acuerdo con los delitos de lesa humanidad y porque no tenemos derecho a una libre expresión.

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Si bien el exilio le garantiza la seguridad que no tiene en Nicaragua ¿cómo subsiste junto a fu familia en tierras ajenas?

Gracias a Dios, me ha abierto puertas de trabajo, no gozando derechos como se deben ser porque soy inmigrante, pero sobrevivo y resisto encima del dolor, gracias a Dios, ha puesto gracia en mí y ha abierto puertas de bendición para que yo pueda tener techo, comida, tengo un hijo en Costa Rica, en el exilio, de igual manera, andamos así, tengo dos en Nicaragua, tratan la manera de no alzar la voz porque si no los agreden, son asediados y si son asediados, lo que pasa que no me dicen, pero mi casa está vigilada.

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El 30 de mayo, días de las madres, nunca será igual también para Yadira Córdoba, a quien sólo la invaden los recuerdos y las lágrimas que durante toda la entrevista no dejó de derramar, ese 30 de mayo Orlandito fue parte de la lista de los 19 jóvenes asesinados por marchar pacíficamente. Doña Yadira junto a otras madres continúan pidiendo lo mismo: JUSTICIA.