Hoy jueves 19 de octubre se inaugura el nuevo Estadio Nacional de Béisbol Denis Martínez con un acto presidencial. El ex pitcher de grandes ligas, habló con el Diario La Prensa a propósito de que el coloso de 30 millones de dólares lleva su nombre y aquí le compartimos la entrevista completa.

¿Qué sentimientos hay en vos ahora que está por inaugurarse un estadio con tu nombre?

Hay una inmensa alegría, mucha gratitud y también sorpresa. La verdad es que mientras uno juega, no tiene una idea clara de la repercusión que tendrá lo que hace. Solo con los años es que te das cuenta que algo bueno debiste haber hecho para que te tomen en cuenta.

¿Cuál fue tu reacción cuando supiste que el nuevo estadio se llamaría Denis Martínez?

Me puse muy contento y le escribí una carta al Presidente Ortega para agradecerle, creo que era lo mínimo que debía hacer. Al principio me parecía mentira y como el estadio viejo ya tenía mi nombre, pensé que podían optar por otro personaje, pero no fue así y lo agradezco.

¿Has esperado su inauguración con algún tipo de ansiedad o de cierta impaciencia?

He contado los días y espero que no me tiemblen mucho las piernas. La verdad es que uno no sabe cómo reaccionará sino hasta la hora de llegada. Sin embargo, estoy listo para vivir el momento, para agradecerle a Dios y de paso saludar a los fanáticos que irán al estadio.

¿Será esta una oportunidad para reencontrarte con los fanáticos del beisbol?

Claro. Por diversas razones, yo me mantuve alejado, pero con las charlas que he brindado en distintos colegios y lugares, y en los diferentes eventos en los que he participado, logré sentir el cariño de la gente, el afecto y el respeto que se me tiene y eso es muy bonito.

¿Quiénes, vivos o muertos, te gustaría que te acompañaran en la inauguración?

Mis papás (fallecidos), seguro los voy a extrañar. Pienso que se sentirían muy orgullosos de su hijo y hubiesen disfrutado este momento conmigo. Los voy a echar de menos. Pero a la vez, me pone contento que estaré acompañado de mi esposa, mis hijos y muchos amigos.

¿Tu mamá te vio lanzar en algún momento en tus inicios aquí con el Granada?

No, nunca. Nunca le gustó. Yo le preguntaba y me decía que la ponía nerviosa eso de ir a verme lanzar al estadio. Sin embargo, sé que siempre les preguntaba a los vecinos o a sus compañeros de venta en el mercado, donde tenía un tramo, que cómo había salido yo.

¿Pero tengo entendido que sí te vio con los Orioles, allá en Baltimore?

Sí, es cierto. Yo la llevé a Baltimore y fijate que ese día que fue al Memorial Stadium ahí en Baltimore, yo lancé una blanqueada y la saludé desde el terreno para decirle que eso era para ella. Cuando llegamos a la casa me abrazó y me dijo: gracias hijo, y lloramos los dos.

¿Y entre las personas vinculas al beisbol, a quiénes vas a extrañar en este estadio?

A todo aquel que puso su granito de arena en mi formación. Por ejemplo, me hubiese gustado que estuvieran Tony Castaño, Carlos García, Heberto Portobanco, Earl Weaver y cada entrenador, cada coach, que me ayudó a ser mejor lanzador y mejor persona.

¿Qué te parece el estadio en términos de calidad, diseño y requerimientos en general?

Desde que se comenzó a levantar, me quedé sorprendido de su magnitud. Es un estadio de primer nivel con todos los estándares de calidad que te exigen incluso en las Grandes Ligas. Yo estoy emocionado por la dimensión de la obra. Ahora nos toca cuidarlo a todos.

¿Qué estadio de las Grandes Ligas fue el primero que te impresionó en tu carrera?

El de los Orioles, el Memorial Stadium. Recuerdo la primera vez que lo vi, estaba como aturdido. No podía creer que yo, que jugaba en la calle en mi barrio y luego en los estadios de nuestro país, iba a jugar ahí. Tal vez había otros mejores, para a mí me impactó aquel.

Se confirmó que vas a lanzar la primera bola, vamos a ver si la llegás al home…

Claro que lo haré. El año pasado fui a Cleveland a hacerlo durante la Serie Mundial y lo hice bien. Yo espero tomar todo esto con naturalidad, aunque cuando llegue el momento uno no sabe qué puede pasar, lo pueden traicionar los nervios, de eso estoy muy claro.

Cuando lanzabas en las Mayores, ¿había ansiedad mientras llegaba el día que te tocaba?

No, es que esa es otra cosa. Como era parte de una rutina, uno se acostumbra a la presión y aprendés a vivir en ese ambiente. Incluso, si se trata de un juego de postemporada o algo así, hay más tensión, pero aprendés a manejarla. Pero esto de ahora, es otra cosa.

Fuente: La Prensa