“Ortega tiene secuestrado el país, pero, no logrará secuestrar el pensamiento de las y los nicaragüenses”, es sólo una de las tantas reacciones de los universitarios en el exilio, después de la circular de Consejo Nacional de Universidades (CNU) en donde ordena a la comunidad educativa superior, notificar con anticipación si van a salir del país.

La circular indica tener “interés en conocer el movimiento migratorio del personal docente, estudiantes, administrativos y directivos de la comunidad educativa, así como del personal académico y científico que recibe la universidad en ocasión de eventos para realización de actividades contempladas en los planes, programas y proyectos que llevan a cabo”.

La orden del régimen de Daniel Ortega a la vez indica que Asesores extranjeros que visitan a las universidades deben al igual de los que quieran salir del país, informar 30 días con anticipación a la fecha de realización del movimiento migratorio y explicar de qué se trata el viaje.

Ortega y Murillo quieren controlar, si la salida del país del personal educativo superior se debe a asuntos personales, tales como turismo, visitas familiares, vacaciones, trabajo entre otros.

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NICARAGUA YA ES CUBA CON ORTEGA AL MANDO

La dictadura Ortega Murillo decidió radicalizarse, adoptando un modelo como el de su homóloga dictadura de Cuba, debido a los niveles de represión que ha venido aplicando desde el 2018 a la fecha.

Para Ariel Sotelo líder estudiantil de León, “Nicaragua ya es Cuba con Ortega al mando”, el cual considera que el control a las universidades no es más que el principal síntoma de paranoia, propia de los dictadores, al querer imponer quien sale y quien entra al país.

 “La última medida impuesta a los docentes y estudiantes de las instituciones universitarias del país, es una clara alarma de hacia dónde nos enrumbamos. Un país sin libertades, con estricto control ahora para las universidades”, agrega Sotelo.

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No obstante queda claro que el régimen sandinista le teme a algo con esta nueva imposición, y según Sotelo es a la deserción masiva de trabajadores administrativos, docentes y estudiantes, por lo cual opta por una medida más coercitiva de control migratorio para quienes son adeptos y para los que no también, así secuestrando su derecho a la libre movilización.

Cabe mencionar que está medida impuesta por Daniel Ortega es otro atentado contra la autonomía universitaria ya pisoteada por la administración sandinista el cual atenta contra los derechos de los individuos al someterlos a una vigilancia constante, usando las instituciones autónomas para mantener el control del poder estatal.