Sin esperanzas, así se sienten los pobladores de este puerto que piden con urgencia al gobierno les de una solución, ya sea trasladándolos a una zona más segura o construyendo un proyecto que realmente disminuya la embestida del mar
Hay casas totalmente destruidas, otras muestran daños considerables, se observa enseres domésticos en las calles, basura y llantas inservibles. Se respira desolación y desesperanza en los habitantes del puerto de Corinto.
En las costas se observa un escenario caótico como si un terremoto o un tsunami hubiese devastado el lugar. Los pobladores temen que el histórico puerto, considerado la ventana de la economía nacional, pueda llegar a desaparecer si el gobierno no agiliza un proyecto de gran envergadura para mitigar los efectos causados por las tormentas y las marejadas a lo largo de la costa.
El litoral arenoso de Corinto cada vez se vuelve más vulnerable ante los efectos causados por las tormentas y marejadas. Se calcula que más de 50 metros de línea costera se han perdido en los últimos 10 años en esta zona ubicada en el departamento de Chinandega.
El oleaje de los últimos días embistió con fuerza el muro de piedra y sobrepasó las paredes frágiles de concreto que aún resisten para proteger a las decenas de familias que habitan a la orilla de la costa. Aseguran que el agua ya llega donde nunca antes había alcanzado y la línea de costa se ha movido hasta 30 metros tierra adentro, perdiéndose dos calles que unen a los barrios Gonzalo Brenes, San Martín y la colonia Invi, zonas donde el mar sigue ganando espacio.
La familia de Felipe Romero Pacheco, quedó a la intemperie luego de la marejada de hace unos días que derrumbó la última pared de la casa donde habitaban desde hace 40 años.
“Hemos perdido tres cuartos, una cocina, baño y servicio higiénico y ahora nos está llevando el dormitorio donde estábamos todos recluidos. Estamos sofocados por salir de aquí, porque nuestras vidas están en peligro y no tenemos a donde irnos”, manifestó el afectado.
Romero Pacheco destacó que las horas más angustiantes para él, y los seis miembros de su familia, han sido durante la marea alta de las 3:00 de la madrugada y 4:00 de la tarde, en las que tienen que estar en pie ante el temor que la última pared se venga abajo. Es por ello que han solicitado la respuesta inmediata del gobierno para que los reubique a un lugar seguro.
“No tenemos donde estar, de hecho todos esperamos que las autoridades vengan y nos apoyen ahora que necesitamos no solo cuándo buscan el voto” expresó Marlon Bonilla, otro ciudadano afectado.
“Somos tres familias las que vivimos en esta casa, pero en esta ocasión el oleaje nos perjudicó mucho porque se nos metieron los tumbos. No tenemos otra alternativa de techo para irnos y por eso estamos pidiendo que el gobierno nos de una respuesta, pero nos han olvidado porque ellos ni el alcalde se han presentado”, dijo otro habitante afectado del barrio Gonzalo Brenes.
Familias se niegan abandonar el lugar que se ha vuelto inhabitable
En el barrio San Martín encontramos a doña Rosa Cruz, quien pasó tres noches durmiendo en una silla de madera sobre el suelo mojado convertido en una ñanga. El agua inundó todo y las encrespadas olas ingresaron con fuerza, erosionando el poco patio que tenía frente a la costa.
“Ahí viene el mar ya todo se desbarató”, señala la mujer de 70 años, quien se niega a abandonar su casita que con esfuerzo construyó en una zona inhabitable.
La posibilidad de trasladarse a zonas más seguras es una opción para salvaguardar la vida pero ninguna autoridad les ha hecho esa propuesta “es como que no existiéramos, somos invisibles, como que a nadie le importamos”, dice una vecina de doña Rosa.
Abandonados por el gobierno central y municipal
“Es triste lo que estamos viviendo las familias pobres de Corinto. El mar me está botando todo (inodoro, baño y las puertas del fondo de la casa), las olas entran y el muro no detiene nada. Todos lo que vivimos a la orilla estamos sufriendo porque estamos perdiendo todo y si sigue así tendremos que salir para preservar la vida”, indicó Zenaida Martínez.
Mauricio Rodríguez, mostró cómo las olas ya ingresaron al área del servicio higiénico de su casa donde habita con su bebe y esposa. Él considera que el proyecto de muro de piedra ha sido un fracaso, “lo que se necesita aquí es la draga, no este muro de piedra con el que el gobierno ha disimulado invertir en un proyecto que no sirve para nada porque cada vez que una ola lo golpea lo debilita, sin embargo, siguen ubicando piedras a pesar que no son efectivas”, aseguro.
Rodríguez, se refiere al proyecto de “Instalación de 50 geocontenedores” que según la alcaldía reduciría el riesgo de inundación en el dique costero de Corinto. En medios oficialistas se informó que el financiamiento fue de 740 mil dólares, donados por China Taiwán en septiembre de 2019. No obstante, los pobladores aseguran que fue mal invertido en la construcción de un muro de piedra de mala calidad y que hasta la fecha no ha dado ninguna solución.
La zona costera sigue colapsando ante la embestida de las olas y la subida del nivel del mar, el gobierno sandinista persiste en la construcción del muro de piedras como única alternativa a la problemática que ha dejado a más de 30 familias en la calle y que se siente abandonados por el régimen.
En la zona devastada por el oleaje se observan tuberías de agua potable rotas, una gran cantidad de llantas y basura que ha sido arrojada por la población para evitar que la erosión del terreno continúe, además, un grupo de chatarreros aprovecha que la marea baje para golpear el concreto y recuperar el hierro incrustado en los pilares que se desploman en cada marejada.
Las huellas del calentamiento global
Agustín Moreira, director del Observatorio de Fenómenos Naturales (Ofena), indicó que dichas condiciones podrían empeorar por el calentamiento global. “Este es un fenómeno que se va a estar viendo paulatinamente en varias costas del pacifico ante el cambio climático. Los científicos han dicho que en los próximos 10 años el mar va hacer perder varias costas y balnearios por lo que se recomienda que no se siga construyendo frente a la playa porque seguirán siendo afectados cada año, cuando el mar cobra terreno en esta costa dejando al territorio sin playa”, advirtió el experto.
La revista científica Nature Climate Change publicó, en el 2020, un estudio realizado por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, sobre el impacto del cambio climático y su incidencia en la erosión costera en el mundo.
De acuerdo al estudio, y la teoría realizada por el grupo de investigadores, más de la mitad de las playas de arena del mundo están en riesgo de desaparecer a finales de siglo como consecuencia de la erosión costera, calculando que, en unos 30 años, el mar le ganará un promedio de 100 metros a las playas, como consecuencia de la subida del nivel del mar y en el peor de los casos, esta cifra podría duplicarse para finales de este siglo.