Las bancas de la catedral muestran una realidad que vive la feligresía católica de Matagalpa: están tristes. El templo que se llenaba cada jueves, domingo o el día de alguna fecha especial, ahora luce vacío. ¿Qué pasa con los fieles? Están desanimados. Sufren la ausencia de su guía espiritual, el obispo Rolando Álvarez.    

Extrañan al religioso. Extrañan sus encendidos sermones. No lo ven físicamente desde que fue encerrado por policías en la Curia Arzobispal y tampoco saben cómo está, desde que lo secuestraron y lo mantienen preso en una casa en Managua desde hace más de 50 días. Su silla en la Iglesia San Pedro Apóstol Catedral, está vacía. 

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“Nos lo quitaron”, dice la matagalpina Elena Martínez.  “Yo poco podía ir a la iglesia a verlo y escuchar sus prédicas porque me mantengo enferma y me queda largo, pero siempre escuchaba en Radio Hermano sus homilías, pero ahora ni eso puedo”, se lamenta. Martínez, no sabe que la estación religiosa fue silenciada también por órdenes del régimen Ortega Murillo. 

1. La silla vacia del obispo
La silla vacía del obispo en Matagalpa, es un reflejo de la persecución que el régimen Ortega Murillo.

“Ahora ahí (en la frecuencia) hay mucho silencio y a veces ruido, es que no es lo mismo sin el Obispo”, dice la humilde mujer que vive en la comunidad Susuma, a 10 kilómetros de la ciudad.  Ella hace tortillas para vivir y siempre se despertaba con la radio. “Hace falta el padre y la radio, no se porque no los dejan si muchos aquí los necesitamos”, se quejó.

Desamparados  

Para otros, la iglesia Catedral se encuentra como la casa de una familia donde falta la madre o el padre. “Es que la dejaron como desamparada, sin pilares”, señala Ignacio Castro. Él cree que en el caso de  la iglesia San Pedro Apóstol, el obispo Rolando Álvarez y el padre Sadiel Eugarrio, eran como los pilares del templo. 

“La iglesia se siente sola.. Hace unos días fui con mis hijos y mi nuera a la catedral, se siente como vacía, hay tristeza dentro y fuera, y no debería ser así. Todo lo que ha pasado asusta, ¿Sabe? Si no hay respeto por los servidores de Dios, ¿Qué se puede esperar que nos hagan  a nosotros? Somos simples mortales que pecamos a diario”, lamenta  Castro.

¿Qué representa esa silla para usted? -le preguntamos a  Norma Gurdián -señalando la silla que antes ocupaba el Obispo–  “Ahí teníamos a alguien valiente que seguíamos y tomamos siempre  como ejemplo. Es alguien que nos inspira a seguir adelante, alguien que nunca pensamos verlo así tan cruelmente maltratado”, dice la mujer que este jueves rezaba en el templo.

Irrespeto total

La católica Guillermina Orozco, dice estar molesta. “Es un irrespeto total a nuestros pastores”, crítica al recordar como se lo llevaron y como lo mantienen silenciado. 

“El obispo (Álvarez) es un ejemplo a seguir, primeramente es Jesús, y después nuestros sacerdotes”, señala. “La palabra de Dios es clara, dice amar a nuestro prójimo y eso hacemos y parece que es lo que otros no hacen. Pero hay justicia, la de arriba ”, señala. 

Pero la silla del obispado no es la única vacía.Tras la persecución y secuestro del obispos y los  sacerdotes que le colaboraban en el templo, la gente no tiene la misma participación en las actividades religiosas cotidianas. En un templo para 2 mil personas, ahora se observan muchas bancas vacías.

El padre Jader Guido, dice que el pueblo creyente sufre por sus pastores. Él  está a cargo de la Catedral.  Él residía en la parroquia El Espíritu Santo en Waslala y ahora ha asumido como Segundo Vicario de la Catedral de Matagalpa.